Hay un sector laboral en Castellón que no tiene precio. Y no lo tiene porque no se paga. Es la actividad en la que se emplea Mercedes. Y María. Y Silvia. Las tres trabajan entre 12 y 14 horas diarias y, pese a todo, su esfuerzo no provoca ningún movimiento financiero. No tienen nómina y tampoco cotizan para, una vez alcanzada la edad legal de retiro, cobrar una pensión de jubilación. Las tres se dedican en exclusiva a las tareas del hogar. Limpian, planchan, van a la compra, cuidan de los hijos... así es su rutina diaria. Pero quienes se dedican en exclusiva a sus labores son cada vez menos. Las mujeres están colgando el delantal y en la provincia nunca como hasta ahora había habido menos amas de casa. ¿Los motivos? La progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral, la crisis económica y también el mayor reparto de las tareas domésticas.

Que dedicarse solo al cuidado de los hijos y al trabajo doméstico es cada vez menos habitual en Castellón es algo que demuestran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) recogidos por el Instituto Valenciano de Estadística (IVE). Al cierre del 2019 se contabilizaban en la provincia 35.600 mujeres que se ocupaban en exclusiva de trabajos en el hogar, el concepto utilizado para referirse a las amas de casa en situación de inactividad, es decir, que no tienen empleo ni lo buscan. Se trata del número más bajo de serie histórica y, además, son 8.100 menos que hace diez años y la mitad que a principios de los ochenta, cuando se rozó la cifra de 70.000. O dicho de una manera más clara: en cuarenta años, el número de amas e casa ha menguado en la provincia un 100%.

Pero, ¿cómo son las mujeres que en Castellón trabajan full time en el hogar? Casi el 70% tienen más de 45 años y las que todavía no han cumplido los 35 suponen un porcentaje mucho menor, del 12,9%. «El colectivo va envejeciendo y ahora el perfil mayoritario es el de una mujer de más de 50 años», describe María Dolores Climent, presidenta de la Federación Provincial de Amas de Casa Lledó, que hace hincapié en la importante labor que hacen las amas de casa.

Silvia acaba de cumplir 33 años y pertenece a esa minoría de mujeres menores de 35 años que se dedica a sus labores. «Mi marido viaja mucho por cuestiones laborales, así que cuando nacieron los niños decidí dejar mi trabajo por horas como administrativa y dedicarme en exclusiva a ellos y a la casa. De eso hace ya cinco año y no me arrepiento en absoluto», cuenta. Eso sí, reconoce que el trabajo en el hogar es muy repetitivo. Y también poco agradecido. "Te pasas el día poniendo lavadoras, fregando, cocinando... está muy poco valorado», añade.

MENOS AMAS PERO MÁS AMOS

La razón principal que explica el importante descenso del número de amas de casa es la progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral. Y los datos lo corroboran: hoy en Castellón trabajan fuera de casa 107.300 féminas, casi 25.000 más que hace 20 años y más del doble que en 1980. «Eso no significa, ni mucho menos, que el panorama haya cambiado. Al contrario, la brecha de género persiste y seguimos lejos del objetivo de la igualdad laboral», apunta Dori López, secretaria de la Dona y responsable de Igualdad de CCOO en Castellón.

Lo curioso de las cifras es que mientras el número de amas de casa ha ido claramente a menos en Castellón, el hombre juega un papel absolutamente diferente en este fenómeno. De hecho, los varones dedicados exclusivamente a labores del hogar son 4.800 en la provincia, prácticamente el doble que antes de la crisis. El pico se registró en 2014, con más de 7.000 amos de casa, un dato que los expertos atribuyen a la acumulación de afectados por ERE de edades avanzadas que, en los momentos más duros de la crisis y al considerar que no iban a poder recolocarse, se veían abocados a encargarse para siempre de unas tareas del hogar. «Lo cierto es que las cifras demuestran que, aunque sea a un ritmo lento, los hombres van asumiendo este tipo de tareas, aunque habrá que estar expectantes a ver si se trata de una cuestión coyuntural o un dato sintomático de un cambio de valores en el reparto de tareas», concluyen desde CCOO.

Sin derecho a una pensión

Las amas de casa (y también los amos) trabajan durante años pero, como no cotizan a la Seguridad Social, al cumplir los 65 no tienen derecho a una pensión de jubilación. Lo que sí pueden es acceder a una pensión no contributiva, un tipo de prestación que se concede a los ciudadanos que, encontrándose en situación de necesidad, carecen de recursos suficientes para su subsistencia. Esta prestación se concede incluso aunque no se haya cotizado nunca o el tiempo suficiente, siempre que se cumplan una serie de requisitos fijados por ley.

Aunque no se paga, la labor doméstica es una de las mayores turbinas económicas de la provincia. «Aunque muchísimas veces no se nos reconoce, el papel que desempeñamos es importantísimo. Tanto a nivel social como también económico», resume la presidenta de la Federación Provincial de Amas de Casa Lledó, que destaca la labor que hacen primero en el cuidado de los hijos y, después, de los nietos.

Cifrar el valor económico del trabajo doméstico conduce a plantearse su salarización. Y en los últimos años, muchas voces lo ha hecho. En Castellón, por ejemplo, en 2019 las asociaciones feministas que forman parte de la Asamblea 8M Castelló cifraron en 900 euros el salario base (por ocho horas de trabajo diarias) que deberían cobrar las amas de casa. Una cantidad a la que se añadirían varios complementos como 80 euros al mes por planchar o 350 por estar en contacto con productos químicos trabajar en días festivos.