Con el desafío de hacer «despegar» Castelló, como dijo en el discurso de investidura, la socialista Amparo Marco afronta su segundo mandato como alcaldesa de su ciudad respaldada por un gobierno progresista a tres bandas junto a Compromís y Podem-CSeM-EU. Su objetivo es mejorar la vida de los vecinos e impulsar políticas que generen economía y bienestar. Avanza que en los próximos cuatro años se aprobará el Plan General y explotarán todo el potencial de la capital.

-Afronta su segundo mandato como alcaldesa con los mejores resultados del PSPV en Castelló de las últimas tres décadas. ¿Cómo se reflejará el peso ganado en las urnas en el nuevo gobierno?

--El gobierno municipal debe ser el reflejo de la voluntad ciudadana. El Partido Socialista ganó las elecciones y liderará la gestión política. Somos la fuerza mayoritaria y entendemos que debemos afrontar estos cuatro años desde una posición de liderazgo, pero la ciudadanía no quiso que nadie tuviera la mayoría absoluta y tenemos que abrir espacios para el diálogo y el entendimiento.

-¿Cuál es la hoja de ruta para este mandato que empieza?

--No puede ser diferente a la de los últimos cuatro años: trabajar por el bien común de Castelló. En el mandato anterior se sentaron las bases de un proyecto de cambio que queremos consolidar. El objetivo sigue siendo mejorar la ciudad para que mejore la vida de la gente, e impulsar políticas que generen economía y bienestar. Además, seguiremos apostando por la educación y la cultura, como elementos que ayuden a construir una sociedad más diversa, una ciudad más justa y un Castelló más vivo.

-Las negociaciones de gobierno se han cerrado in extremis. ¿Está satisfecha con el acuerdo?

--Los acuerdos siempre exigen un esfuerzo, sobre todo si son para gobernar una ciudad. Hay que buscar cauces de entendimientos entre quienes quieran entenderse. Y aquí había voluntad.

-¿Cómo prevé que serán sus relaciones con Compromís por segunda legislatura consecutiva?

--Las relaciones con los socios de gobierno serán las mejores para el objetivo común que nos une: Castelló. Con Compromís tenemos la experiencia de cuatro años de gobierno y haremos todo lo posible para que de esa cooperación salgan proyectos importantes para la ciudad. El Pacte del Grau ha sido un ejercicio del que todos hemos aprendido y ha servido para que Castelló avance.

-¿Y con la confluencia en el gobierno por primera vez?

--Espero que Fernando y María Jesús se unan al proyecto con espíritu solidario. Tienen muchas ganas de participar en el gobierno y desarrollar políticas transformadoras. En lo que esté en mi mano, y en la de las concejalas y los concejales socialistas, haremos todo lo posible para que aterricen en la gestión municipal con rapidez y empiecen a gobernar sus áreas con energía e ilusión. Tienen un gran desafío por delante.

-¿Por qué se ha decidido suprimir la figura de vicealcalde/sa?

--El 26 de mayo el PSPV ganó las elecciones con una diferencia notoria sobre el resto y el gobierno se ha estructurado de acuerdo con esa realidad electoral.

-Mantuvo hasta el último momento la carta de pactar con Ciudadanos y Marín-Buck le volvió a tender la mano el sábado. ¿Cree que durante el mandato puede llegar a producirse esa alianza entre PSPV y Ciudadanos?

--Lo que hemos mantenido siempre es que las urnas depararon un escenario político sin una mayoría absoluta y la realidad es que la gobernabilidad dejaba abiertas las posibilidades de un gobierno en solitario del PSPV, un pacto de progreso de las izquierdas o un acuerdo de gobernabilidad con Cs. Pero el objetivo principal era un gobierno progresista.

-Tras cuatro años de alcaldía, ¿qué hay que cambiar del funcionamiento del Ayuntamiento?

--La administración se mueve a ritmos demasiado lentos en ocasiones. El cumplimiento de la ley exige dar pasos administrativos que garanticen la seguridad jurídica y eso dificulta y ralentiza la gestión. El desafío será agilizar los procesos para que podamos seguir impulsando proyectos de transformación social y urbana como los emprendidos.

-En junio del 2015 decía que levantaría alfombras, abriría puertas y ventanas y situaría la ciudad en el mapa de lo positivo. ¿Lo ha conseguido?

--La transparencia que hemos implantado en el Ayuntamiento de Castelló es incuestionable. Creo que se percibe que hemos roto con el oscurantismo y el secretismo de otras épocas. Estamos expuestos al escrutinio de la ciudadanía. Y el cambio reputacional también es innegable. Ahora Castelló es una capital con una imagen exterior renovada, ligada al emprendimiento, el talento, la innovación y el conocimiento. Aún queda mucho por hacer.

-El sábado dijo que este es el mandato para hacer despegar a Castelló. ¿Cómo van a hacerlo?

--Este va a ser un periodo de prosperidad para Castelló. En noviembre, acogeremos la celebración del Foro España-Japón. El Plan General será un elemento catalizador de inversiones. Y desde el Ayuntamiento continuaremos impulsando nuevos planes de empleo que ayuden a las empresas a crear puestos de trabajo. Tenemos el potencial para ser una ciudad que genere futuro.

-¿Cuáles serán las prioridades de gobierno a corto plazo?

--Quiero que Castelló sea una ciudad líder en bienestar y en desarrollo económico. Para poder alcanzar ese objetivo necesitamos un plan estratégico que nos diga qué ciudad queremos ser.

-¿Será este el mandato de aprobación del Plan General?

--Sí. Aún queda trabajo por hacer. Vamos a insistir a la Conselleria de Territorio para que valide el plan y permita a la ciudad de Castelló disponer de un planeamiento urbanístico moderno, racional y sostenible. Se ha trabajado mucho durante estos cuatro últimos años para subsanar el desastre urbanístico que nos dejó el PP.