Hace solo 12 días que la ampliación de las bonificaciones al tráfico pesado en la AP-7 de Peñíscola a Torreblanca se pusieron en marcha, pero sus efectos colaterales ya se están empezando a notar. Dan fe de ello los negocios de hostelería y alojamiento situados en la N-340 entre estas dos localidades, que en este breve periodo de tiempo ya han notado una importante caída de la actividad al no poder circular los camiones, sus principales clientes, por ese tramo de 25 kilómetros.

«El asunto es muy preocupante», explica Joaquín Pegueroles, el propietario del hotel Casa Vicente, situado junto a la carretera nacional en Santa Magdalena de Pulpis. Y es que ha sido tan acusada la disminución del número de clientes en estos días que «si no cambia esto, habrá que despedir a personal», indica.

«Siempre solíamos tener el párking lleno, y caben casi un centenar de camiones. Ahora, llegan entre 10 y 12 al día. La N-340 la han dejado muerta», remata.

Parecido panorama pintan en el hotel Olimpic, situado en el término municipal de Torreblanca. «En estos últimos días hay menos de la mitad de trabajo del que solíamos tener en una jornada normal. Hemos pasado de llenar el comedor a, ahora, tenerlo medio vacío», manifiestan.

precedente // No es la primera vez que esto sucede en el tramo de la nacional que transcurre por Castellón. En el 2014 se decretó que el tráfico pesado no circulara por dicho vial entre Nules y Torreblanca y que fuera por la CV-10, una restricción que se mantiene hasta ahora. Eso hizo que los establecimientos situados en este espacio sufrieran una importante caída de ingresos. De hecho, crearon una plataforma de damnificados por la nacional 340, que agrupaba establecimientos de Torreblanca y Cabanes.

Lo confirma Joaquín Betoret, propietario del conocido restaurante Piero. «Ahora están pasando algo parecido a lo que pasamos nosotros. En su momento, para nosotros fue un desastre, pero hemos ido aguantando y aquí seguimos», dice el empresario.

más problemas // Otra de las problemáticas de las bonificaciones la denuncian los transportistas, que se quejan de que en el tramo en el que aplican solo hay tres zonas de descanso --dos de ellas en la provincia, en Benicarló y la Ribera de Cabanes-- que se colapsan debido al incremento en el número de camiones que circulan por esta carretera desde que hay descuentos en el tíquet.