Al atardecer. Cuando los destellos tornasolados y las brumas de febrero asientan sus reales en la ciudad turquesa y naranja, Ana Goterris Estrada recibió, sellada en su pecho, la banda cuatribarrada y verde esmeralda de Dama de la Germandat dels Cavallers de la Conquesta, Na Violant d’Hongria para las fiestas de la Magdalena del 2018, en el horizonte de un glorioso tercer domingo de Cuaresma .

Señorial y triunfante, como una dolorosa bajo palio, o un paso de misterio de cera e incienso sevillano (podría ser María Santísima de las Lágrimas, en la tarde del Jueves Santo saliendo de su iglesia de Santa Catalina, o el Cristo de la Caridad de Santa Marta, con su rosa en la mano).

Pero, ayer no se dibujaban lágrimas de tristeza, sino de júbilo emocional, y no en tiempos pasionistas, sino en el pórtico del Carnaval. Y no Sevilla, sino Castellón, entero y solemne, locuaz y venturoso, de evocaciones y recuerdos, de tiempos pasados, de espadas, caballeros, gestas épicas y soñadas y vitrales góticos.

Con Ana, sus dones de companya: Sara Renau Lleó, Na Eva; Balma Porcar García, Na Provençala; Patricia Guarque Edo, Na Ermengarda; María Grifo Planell; Na Rama; Estela Bastida Ferrara, Na Margarida, y Lorena Segarra Sánchez, Na Dolça. Cómplices y compañeras de viaje e historia.

Mujeres de un tiempo y de un arranque en la consagración de caminos hacia la blanca ermita y de evocación de Jaume I, cuyo penò de la Conquesta presidió el majestuoso Teatro Principal, el de los grandes eventos, «el de las grandes citas culturales y sociales» del Castellón sagrado, como reivindicó en sus palabras el Prohom de la Germandat, Luis Oria. Con la mirada puesta en las celebraciones del 70º aniversario de la institución caballeresca, en un 2021 cada vez más cercano.

FADRELL! // Oria, más que nunca, invitó a la ciudad a «ser partícipe» de una ceremonia, y de una fiesta, que enlaza per raons de tradició, amb la Mare de Déu del Lledó, Sant Jaume i Sant Cristòfol. Fadrell!

Protocolos resueltos, evanescentes sensaciones y simbología perfecta. Pajes revoltosos, terciopelos dorados y azules y el casco del dragón alado. El coliseo de la plaza de la Paz fue alfa y omega, aplausos y tambores.

Nacida festivamente en los Templarios de Castellón y tras cruzar el Rubicón de la luz magdalenera en el seno de la gaiata 8, Portal de l’Om, la de la plaza de Santa Clara y adyacentes y ser dona de companya, Ana Goterris hizo realidad ayer su sueño, sus ilusiones forjadas en el trono magiar de princesa Yolanda.

Y, todo comenzó en el Principal con unos minutos de recuerdo a todos aquellos que, en su día, iniciaron y continuaron la grandeza y la leyenda de la Germandat dels Cavallers de la Conquesta. Con el verso, la palabra y la dicción de José Antonio Balfagó, maestro de ceremonias de una gala medieval de corona y reyes.