El cambio de año, con el paso de las fechas más señaladas de las Navidades, y el inicio de las vacunaciones contra el coronavirus no han frenado el interés de los castellonenses por someterse a los test que detectan la presencia del virus del covid-19. Este lunes el primer día plenamente hábil del 2021 en Castellón, se han vuelto a registrar largas colas frente a los laboratorios que efectúan ese tipo de pruebas.

Las reuniones con familiares, más frecuentes en estas fiestas, desató a finales de diciembre una fiebre por someterse a un test rápido o una prueba PCR de pago con el objetivo de intentar garantizarse que no es portador del virus y, por tanto, no poner en peligro la salud de os más cercanos, especialmente los familiares de edad más avanzada.

«Se está notando que la gente quiere estar segura de que no tiene el virus para reunirse esta Navidad», señalaba el propietario del Centro Diagnóstico Calderón, Jesús Calderón, a Mediterráneo antes del inicio de la Navidad. Como este periódico ha podido testificar en las últimas horas, la demanda de test de coronavirus sigue al alza en esta recta final de las fiestas, con la noche de Reyes a la vuela de la esquina, esta vez sin cabalgatas ni actos multitudinarios, pero sí con cenas y las visitas de los más pequeños a domicilios de los familiares más cercanos para recoger los regalos que dejarán Melchor, Gaspar y Baltasar.

Las opciones de pruebas para detectar el covid pasan por un test rápido, cuyo resultado se conoce en unos 10 minutos y que cuesta 40 euros, o las PCR, una prueba con mayor fiabilidad y también mayor precio: ronda los 120 euros.