El antiguo convento de la Orden de los Carmelitas Descalzos situado en la avenida Capuchinos de Castellón se rehabilitará y reformará para convertirse en una residencia de ancianos. Así lo explican fuentes de la orden a Mediterráneo, después de que en el pleno del 25 de enero se aprobara una modificación del proyecto urbanístico, firmado una semana después por la alcaldesa, Amparo Marco, mediante la que este histórico edificio, que fue desalojado en abril del 2005, se puede mantener y no demoler, como inicialmente se preveía para construir allí mismo un bloque de viviendas. Junto al uso dotacional privado que se le dará al inmueble, se mantiene también un jardín público y otro privado, y un edificio residencial en los terrenos anexos. La superficie total de esta unidad de ejecución (18-UE-R) es de 5.295 metros cuadrados.

Respecto a la transformación del edificio conventual en residencia para la tercera edad, fuentes de la Orden de los Carmelitas Descalzos, aseguran que «se tiene que elaborar un plan de rehabilitación porque el inmueble está en buen estado estructural, aunque con cierto deterioro por la falta de uso hace años».

URBANIZACIÓN

La tramitación urbanística ya ha empezado. Los propietarios, los Carmelos, tienen que realizar un plan especial que concretará los usos, las superficies de suelo y las edificabilidades de cada zona, así como la edificabilidad que será objeto de reserva. Este plan debe ser aprobado por el Ayuntamiento y después le siguen un proyecto de reparcelación y otro de urbanización, hasta que se puedan conceder las licencias de obras, para las viviendas y para el geriátrico.

«Se han marcado unos plazos muy concretos para que el proyecto pueda estar acabado en un tiempo relativamente corto», afirmaron desde la orden.