En mayor o menor medida, la decisión de dejar en el aire las fiestas de la Magdalena supone un golpe para la economía local. La alcaldesa, Amparo Marco, explicó que no hay estimaciones sobre el impacto que puede ocasionar el aplazamiento, aunque datos sobre las últimas ediciones arrojaron unos 13 millones de euros, entre el consumo en bares, restaurantes y mesones, el montaje de infraestructuras, indumentaria o floristería. A ello se añaden más de 5,5 millones que genera la feria taurina, que este año contaba con un gran cartel. Un dinero que queda pendiente, con la esperanza de que se desbloquee en primavera.

Los negocios de hostelería de Castelló calculan una pérdida de facturación considerable, aunque por el momento algunas llamadas que reciben son para confirmar reservas. «Sabemos que tendremos menos actividad a partir del martes, pero el primer fin de semana apenas tenemos anulaciones de mesas», explica Jorge Romero, desde el grupo La Guindilla. «Los actos oficiales no se celebrarán y la gente seguirá teniendo ganas de salir a la calle, aunque veremos qué pasa a medida que siga la semana», dice. Una afirmación parecida a la de Álvaro Amores, desde Giuliani’s. «Hay un buen ritmo de viernes a lunes, pero no sabemos qué pasará luego», indica.

El ámbito laboral será uno de los más afectados. «Queríamos contratar a 40 personas de refuerzo y nos tendremos que quedar solo con 15. Cuando lo comunicamos, algunos se pusieron a llorar», detalla Romero. Buena parte son jóvenes que pensaban aprovechar estas jornadas para sacar un dinero extra.

CÁMARAS LLENAS / Las cocinas ya tenían casi todo el género en cámaras frigoríficas. En algunos casos hay quien ha podido acordar la cancelación de pedidos, otros han negociado devoluciones y los hay que han podido aplazar los pagos. Una de las empresas más socorridas en estas fechas es Papas García, todo un emblema local. Yolanda Cosín dice que el aplazamiento «nos perjudica. Ya teníamos muchos pedidos repartidos y ahora la cosa se ha parado bastante». Durante la Magdalena suelen aumentar el volumen de producción y esperan la nueva fecha para los festejos de la capital. Eso sí, cree que si hay buen tiempo, la gente lo disfrutará en las terrazas. De momento, ya comenta que el sábado seguirán ofreciendo figues albardaes para aquellos que no perdonen el esmorzaret.

En cambio, no habrá ofrenda en el Lledó, pero muchas floristerías ya tenían material preparado en sus locales. «No podremos dar salida a todo lo que tenemos, y más en un producto muy perecedero que no puede guardarse en un congelador para mejor ocasión», comenta Clara Cortés, desde el puesto de La Orquidea. Hay establecimientos de este sector consultados por Mediterráneo que han tenido suerte y pudieron cancelar comandas de flor fresca, pero otras se preguntan qué harán con cientos de claveles.

A pesar de estos inconvenientes, todos asumen que deben atenderse las recomendaciones de las autoridades. No sea que las aglomeraciones de gente lleven a contagios que lamentar.