El nuevo Archivo Histórico Provincial no estará finalizado en el 2023, tal y como preveía en un primer momento el Ministerio de Cultura después de que la Administración estatal haya paralizado por la ley de emergencia los procedimientos de licitación. Un nuevo jarro de agua fría para la ejecución de este proyecto largamente reivindicado por Castelló desde hace 30 años, y después de que el pasado mes de octubre el Ministerio anunciara que había dado un nuevo impulso para que estas instalaciones, en el antiguo CUC, vieran la luz en tres años.

Si bien Cultura tenía previsto licitar los trabajos en el primer trimestre de este año, la situación de alarma decretada a mediados del marzo frenó las gestiones, tal y como explican fuentes de la Subdelegación del Gobierno de Castellón al periódico Mediterráneo. «El expediente para licitar la reforma está adelantado y será de los primeros que se ejecutarán una vez autoricen estos procedimientos», puntualizan.

REFORMA

En un principio la planificación pasaba por iniciar las obras tras el verano, con un periodo de ejecución de 27 meses. De hecho, el consistorio autorizó la reforma y adecuación del edificio del antiguo CUC planteada por el Ministerio de Cultura.

El Ayuntamiento de Castelló dejó atrás el pasado mes de octubre casi 30 años de reivindicaciones para la apertura del nuevo Archivo Histórico Provincial y abrió la puerta a la reforma del antiguo CUC, edificio que acogerá esta dotación después de que sea remodelado y adecuado.

El Gobierno central ya lo tenía todo preparado para publicar la licitación de este recinto, de forma que el contrato pudiera ser adjudicado antes del verano, pero un nuevo revés ha vuelto a frenar esa dotación cultural. Desde el Ministerio de Cultura estimaban que las obras de remodelación comenzarían después del verano. Sin embargo, esos plazos ya no serán posibles debido a la reestructuración de acciones que el Ejecutivo de Pedro Sánchez está realizando como consecuencia de la pandemia del covid-19.

Castelló viene exigiendo ese nuevo archivo desde principios de los años 90, cuando la ahora Universitat Jaume I (UJI) ocupaba todavía el antiguo CUC. La falta de presupuesto era el principal escollo para la puesta en marcha de ese servicio. Desde que en 1989 fueron trasladados desde las instalaciones culturales municipales de la calle Mayor hasta la biblioteca Rafalafena, estos fondos no han contado con un recinto digno y en condiciones, hasta que, casi tres décadas después, tanto el Ayuntamiento como el Ministerio de Cultura habían desbloqueado los trámites administrativos. Sin embargo, y por ahora, las obras tendrán que esperar sin una fecha concreta (desde la Subdelegación del Gobierno no la establecen) a pesar de periodo de dignificación de los fondos documentales iniciado por el consistorio de la capital y del Ejecutivo del país en el último trimestre del año pasado.

USO DE LA CERÁMICA

Por otra parte, la cerámica será uno de los materiales utilizados en la fachada del edificio, así como el cristal, y la inversión prevista ronda los 13 millones de euros (448.883 euros destinados a servicios, 1,4 millones de euros aproximadamente para equipamientos y casi 11 millones para la obra). No obstante, no descartan que los trabajos finales pudieran costar más debido a otros trámites de tipo administrativo.

Las obras previstas supondrán la demolición casi total del recinto que ocupa el antiguo CUC, que se asienta sobre una parcela de 4.421 metros cuadrados junto a la carretera de Borriol y frente a la Escuela Oficial de Idiomas (EOI), ya que solamente se dejará el esqueleto del mismo, para a continuación inicial las fases que darán forma al nuevo espacio.