La patronal cerámica Ascer valora de forma positiva el nuevo paquete de medidas de recuperación Next Generation EU que la presidenta de la Comisión Europea presentó ayer ante la Eurocámara. No obstante, entiende que no hay que perder de vista que es una propuesta que debe ser aprobada por unanimidad por todos los Estados miembros.

El paquete de medidas económicas presentado por Ursula von der Leyen, dotado con 750.000 millones, contempla dos tercios como subvenciones y no deuda, con el fin de ajustarse de forma más adecuada a la situación de los países más afectados económicamente por la crisis provocada por la pandemia.

Sin embargo, según Ascer, este plan no solucionaría las necesidades urgentes de liquidez de las empresas afectadas por la crisis. Además, aún será necesario que sea aprobado en los parlamentos de todos los estados miembros y, posteriormente, en Bruselas. En cualquier caso, todo el plan está pensado para recuperar a la UE a partir del 2021, sin atender al corto plazo. «Con o sin intervención, es necesario que la financiación llegue urgentemente a las empresas y que se inicie la tan necesaria reconstrucción de España y la UE ahora, no a partir de enero» recalca la patronal.

Este impulso, además, debe ir acompañado de una serie de reformas estructurales y de calado «que permitan el desarrollo económico, industrial y competitivo de España como único modo de generar bienestar a medio y largo plazo» señala Ascer. «El apoyo económico de la UE tiene que estar condicionado al cumplimiento de los requisitos establecidos por Bruselas y que responda a los ajustes de gasto y presupuestarios estipulados».

VIEJA REIVINDICACIÓN / Ascer viene reclamando financiación desde antes del inicio de la crisis económica, entendiendo que la única vía para lograr liquidez es recibir el apoyo de la UE. Sin embargo, «la propuesta de Bruselas no supone financiación del circulante, ni alivia la necesidad inmediata de liquidez para el arranque de la actividad (pago de salarios, proveedores y otros gastos corrientes...), ante una caída de la demanda y de ingresos como nunca se han visto», insisten, al tiempo que concluyen que las medidas deben ir encaminadas a asegurar la solvencia futura de las empresas para que puedan cumplir a medio plazo con sus compromisos con garantías de continuidad de la actividad y empleo.