Durante años se les ha tildado de héroes de la recuperación económica. Pero los 40.747 autónomos de la provincia se han quedado sin gasolina. La mayoría bajaron la persiana nada más decretarse el estado de alarma y los que todavía pueden trabajar apenas tienen clientes. En sus cajas no entra un euro pero el contador de facturas no se para. El martes pagaron cuotas de la Seguridad Social de marzo, un mes en el que apenas trabajaron y ahora piensan cómo van a abonar el IVA de abril y el IRPF. Hacienda no perdona.

Peluqueras, abogados, fontaneros, comerciantes, propietarios de bares y restaurantes... Muchos piensan que de esta ya no saldrán, y eso que el Gobierno les acaba de echar un capote. Otros creen que sí, aunque para ello necesiten la ayuda de todos. «Cuando esto acabe, las familias en Castellón tienen que apostar por los negocios locales. Solo así nos salvaremos», aseguran todos los autónomos consultados.

ENCARNA MARTÍNEZ: «Muchos negocios no van a aguantar y echarán el cierre»

Se le acumulan los pagos. Cuota mensual, alquiler del local, luz, agua... y desde el 13 de marzo sus ingresos son cero. Propietaria de un centro de terapias en Castelló, esta autónoma y coordinadora en Castellón de la plataforma AUPA no ve la luz al final del túnel. «Si la situación no cambia pronto muchísima gente se quedará por el camino. Nos costó mucho salir de la crisis del 2008 y el panorama ahora es terrible», augura.

De las ayudas del Gobierno dice que son «pan para hoy y hambre para mañana», dado que lo único que conseguirán es que el autónomo se endeude todavía más. «No nos libran de ningún pago y solo lo aplazan. Igual tendremos que abonarlo y sin ingresos no se como vamos a hacerlo», lamenta.

PABLO RIPOLLÉS: «Lo que más mes preocupa son mis diez trabajadores»

Es autónomo societario. Junto a su familia, Pablo Ripollés dirige el conocido hotel-restaurante Cardenal Ram de Morella y como todos los empresarios del sector estos días vive de la nada. «Estamos todos en casa, sin trabajar. Hemos tenido que anular y, por supuesto, devolver el dinero a todas las reservas que teníamos para Semana Santa, que para un local como el nuestro es una de las épocas más importantes del año», describe.

Pero más que el futuro de su empresa, lo que le quita el sueño a Pablo son sus 10 trabajadores. «Hemos presentado un ERTE porque no podemos hacer frente a las nóminas», explica confiado de que la crisis acabe pronto y puedan volver a trabajar con normalidad.

KARINA ALCALDE: «La del 2008 ya fue una crisis brutal y de esta saldremos»

Con la que está cayendo nadie tiene en mente invertir en una vivienda. Las transacciones inmobiliarias se han frenado en seco en Catellón y lo han hecho tras varios años consecutivos con las cifras al alza. «A nosotros no ha pillado bien porque teníamos tres firmas encima de la mesa y, cuando se reanude la actividad, podremos tirar por ahí. Esta crisis nos ha cogido fuertes, pero lamentablemente hay compañeros que lo están pasando muy mal», explica Karina Alcalde, autónoma y responsable de la agencia inmobiliaria MSK, en el centro de Castelló.

Al igual que otros cientos de autónomos, Karina trabaja estos días desde casa. «No siempre es fácil porque nuestra profesión se basa mucho en hacer visitas y ahora no podemos movernos de casa», cuenta. De hecho, hace una semana cerró una operación de alquiler de una vivienda para un sanitario que venía de fuera. «Todo se hizo telemáticamente. No nos queda otra», cuenta Karina que recuerda que para su sector la crisis del 2008 fue terrible y borró del mapa a la mayoría de las inmobiliarias. «Nos costó mucho salir de aquella situación y lo logramos. Y ahora confío en que de esta crisis también saldremos».