El mundo de la cultura también se está adaptando a marchas forzadas a la etapa post coronavirus. Es por ello que el Auditori de Castelló ya ha irrumpido con fuerza en la nueva normalidad. De hecho, el recinto castellonense abrió sus puertas al público este pasado sábado, tras superar la crisis derivada del covid-19. Más de tres meses después, lo hizo con una cita muy esperada por el mundo de la cultura: el concierto del Festival Internacional de Música de Cámara de Castellón.

Medidas de higiene antes de entrar y a la salida, mascarilla obligatoria, distancia de seguridad aplicando la ley para los espectadores... es decir, la nueva normalidad trasladada al mundo del arte.

En el concierto, interpretado por un cuarteto formado por Harrison Herman (piano), Javier Iglesias (violonchelo), Alberto Agut (clarinete) y Pilar Marín (viola), se presentó un más que interesante programa: Elegía para cello solo (a propósito del coronavirus), de Federico García-de Castro (estreno mundial), Selección (I, II, VI y VII) de las ocho piezas para clarinete, viola y piano, de Max Christian Friedrich Bruch; Preludio para viola, cello y piano, de Dmitri Schostakovich; Trío para clarinete, cello y piano, de Johannes Brahms; y también Oblivion, de Astor Piazzolla.

Poco a poco la capital de la Plana vuelve a la vida normal y el mundo de la cultura no es una excepción, comenzando a recuperar la sonrisa y a sus mejores artistas.