¿Cómo están afrontando las familias que conviven con personas con algún trastorno del espectro autista la situación de cuarentena impuesta por el Gobierno ante la crisis del coronavirus? Para saberlo, este rotativo ha contactado con la asociación Asperger Castelló, que aglutina a 125 familias con uno o varios miembros con síndrome de Asperger-Tea de edades entre los dos años y la edad adulta, que, de modo anónimo, han dado su testimonio.

Las personas con síndrome de Asperger se hallan entre aquellas susceptibles de poder salir a la calle como excepción al estado de alarma decretado por el Gobierno. Sin embargo, "estos días de confinamiento hemos visto noticias que nos han llevado a reflexionar sobre la necesidad de seguir luchando por una sociedad que acepte la diversidad de las personas y sus necesidades, tanto las que son visibles como las que no. Precisamos que cada persona desde su balcón, antes de increpar, piense: "Qué necesidad tiene esa madre/padre para salir y exponer a su hij@ al peligro?, tal vez algo que tus ojos no ven. Ponte en su lugar por un momento, y piensa que si no fuera necesario ellos no saldrían". Así se expresa Ana Ballesteros Rodríguez, dirección técnica y psicóloga de la Asociación Asperger Castelló.

Las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) se caracterizan por manifestar, desde la infancia y a lo largo de toda su vida, dificultades tanto en la comunicación y el lenguaje como en las relaciones sociales y en sus conductas. Estas manifestaciones varían en forma y grado dependiendo de la edad y de la intensidad de las diversas alteraciones. Los síntomas, fortalezas y grado de dificultad pueden variar de una persona a otra; es por esto que se habla de un espectro del autismo.

"La situación actual es nueva y difícil para todos, nos obliga a adaptarnos y modificar todos nuestros hábitos y costumbres. Pero debemos de ser conscientes que este cambio vital de rutina no es tan sencillo llevarlo a cabo ni rápido para todas las personas. Un buen ejemplo de ello son las personas con TEA, quienes conciben su vida y bienestar entorno a unas rutinas, que les dan estabilidad y seguridad. La ruptura de estas rutinas diarias supone un gran confusión, angustia y sobre todo, grandes dosis de incertidumbre", explica.

Todo ello, conlleva que muchas personas con TEA, requieren de que sus familias les ayuden a regularse para gestionar altos niveles de angustia y ansiedad y la sobrecarga sensorial, a crear nuevas rutinas y sobre todo a comprender qué está pasando y por qué no pueden salir de sus casas y seguir con sus rutinas de estudio, trabajo, ocio, etc.

Cada persona posee una forma diferente de expresar su ansiedad, a veces con un aumento del juego repetitivo y de las estereotipias, preguntando de manera repetitiva sobre el mismo tema, manifiesta dolores en distintas partes del cuerpo, con mutismo, con problemas de conducta o crisis, necesidad de confirmación, dilatar las actividades, baja autoestima, evitación de contacto social, mayor dificultad para regular las emociones, inhibición o sintomatología depresiva. Todas estas son necesidades que no se ven, pero sí se sienten y con mucha intensidad, por la persona con TEA y su familia. Es por ello, que desde nuestra entidad seguimos teletrabajando para dar apoyos a estas y otras necesidades del colectivo. Tratamos de seguir cerca y acompañar a las personas y familias, realizando el apoyo psicológico a quien lo precise, y manteniendo abiertas nuestra comunicación y coordinación con las diversas administraciones y recursos públicos para seguir conectados e informados.