“Mi padre tiene 84 años, y con 16 ya los preparaba, así que no sé cuánto tiempo tendrán los ximos, pero mucho”. Lo dice Andrés Benages, de la Pastelería Benages de Castellón, que descubre para ‘Mediterráneo’ cómo se prepara uno de los aperitivos más característicos de la ciudad especialmente en Magdalena. Es cierto que en otras ciudades como València, donde les llaman pepitos, también los conocen, pero es en la capital de la Plana donde tienen más tradición, variando la receta según gustos.

En Benages, por ejemplo, al margen del ximo tradicional también preparan otro con cebolla, alcachofas de Benicarló y sepia del Grao. “Lo tenemos durante cinco o seis meses, hasta que dura la temporada de la alcachofa”, confiesa Andrés. Algunos preparan los ximos con olivas, anchoas e incluso con morcilla, pero desde Benages desvelan cuál es el ximo que ellos preparan, siendo uno de los más típicos de Castellón.

Ingredientes de los ximos:

  • Panecillos (tantos como ximos queramos preparar)
  • Tomate, cebolla y pimiento para la fritada
  • Atún desmigado
  • Huevo duro
  • Piñones
  • Huevos para rebozar los panecillos
  • Leche si los panecillos tienen mucha corteza
  • Aceite para freír

En Benages utilizan un pan de manteca sin corteza, por lo que no deben rebozarlo en leche. En caso de que se utilice un panecillo más duro, sí sería recomendable reblandecerlo con un poco de leche. “Cortamos la punta y la reservamos porque será la tapa del ximo al final del proceso. Para el relleno hacemos una fritada con tomate, cebolla y pimiento, y lo dejamos enfriar. Después a la fritada le añadiremos el atún desmigado, huevo duro picadito a trozos y unos piñones”, desvela Andrés.

El siguiente paso es el de rellenar los panecillos vaciados anteriormente ayudándonos con una cuchara. Se presiona bien el relleno con cuidado para no romper el panecillo y se acaba tapando con las puntas reservadas. Posteriormente se rebozan en huevo batido y se colocan en una sartén con bastante aceite, que debe estar muy caliente para que se rebocen rápidamente y no absorban demasiado aceite.

Se frién los ximos vuelta y vuelta, colocándolos sobre papel absorbente una vez salgan de la sartén. Se pueden consumir fríos o calientes, a gusto del consumidor, y en diferentes tamaños. “Muchos heredamos la receta de generación tras generación y recuerdo con mucho cariño los que preparaban en la cafetería Chiki de la calle O´Donell”, concluye el ‘chef’.