Lo único que se repite cada vez que la crisis económica se asoma por la ventana es la preocupación generalizada de la ciudadanía. Todo lo demás cambia. Si el turismo aguantó el tipo en el largo bache del 2008, ahora es el más perjudicado por el confinamiento, al ser los primeros en cerrar y, todos creeen, los últimos en volver a abrir.

Al mismo tiempo que crece la incertidumbre por conocer la fecha exacta para encender de nuevo la maquinaria, ya se hacen cábalas sobre cómo será el futuro del turismo tras la pandemia. En un primer término, desde la parte empresarial apuntan a que las medidas de prevención tendrán una presencia nunca vista hasta ahora. El presidente de Ashotur, Carlos Escorihuela, alude a la toma «de medidas para evitar la proximidad de los visitantes, con el uso de mascarillas y aforos muy limitados». El aspecto bullicioso de los hoteles en las semanas de plena ocupación dará paso a un aspecto más tranquilo.

Habrá personal dedicado casi en exclusiva a controlar que no haya más gente de la permitida, y la tecnología también ayudará a tenerlo todo en orden. El consejero delegado de Hoteles Mediterráneo de Peñíscola, Juan José Figueres, confía en reanudar la actividad «en julio, como muy tarde, y hemos encargado la compra de aparatos para poder medir la temperatura de los clientes» para acceder a las zonas comunes.

Desde el ámbito académico, la profesora Rosa María Rodríguez Artola destaca el caso de las playas. «Será vital saber cómo se hará el cálculo de cargas en este ámbito. El uso de la telefonía móvil puede ser el principal aliado para conseguir esto», destaca. Incluso vaticina que en algunos casos habrá que hacer uso de drones para que, desde el aire, se tenga la seguridad de que existe la adecuada separación entre usuarios.

ADAPTACIÓN / Siguiendo con las playas, es posible que el acceso libre e ilimitado pase al recuerdo. «Esto no quiere decir que se dejará de acudir, porque no somos conscientes pero en los últimos 20 años hemos asistido a un aumento de protocolos de seguridad en aeropuertos y estaciones de trenes. Incluso se prohibió fumar en espacios cerrados, aún así todos nos hemos adaptado y el sector ha seguido adelante», detalla Rodríguez Artola. Algo que también se puede aplicar en «los comedores de los hoteles, porque no tiene sentido de que haya más de 200 personas en el buffet del desayuno», reflexiona Artola.

En el caso de cumplirse el pronóstico de una reapertura en verano, ¿quién vendrá a visitarnos? Casi todos los consultados coinciden en que la ansiada expansión internacional deberá esperar a futuras fases.

Turisme Comunitat Valenciana contempla en su informe elaborado para analizar el impacto de la covid-19 que habrá un gran peso del visitante nacional. Y dentro de ello, el de proximidad. No se espera que haya extranjeros hasta finales de año, y tampoco se contempla que los habitantes de la provincia puedan ir muy lejos. Será una oportunidad para redescubrir los encantos que hay al lado de casa.

MODELOS / Los hoteles seguirán siendo el punto de referencia y termómetro de la actividad vacacional, pero otros modelos cogerán fuerza, al adaptarse mejor a las características del distanciamiento social. Escorihuela apunta a «aparthoteles y apartamentos vacacionales», mientras que la profesora de la UJI menciona el caso de las casas rurales.

Posiblemente este agosto aparente un ritmo más propio de un mayo. Y habrá establecimientos que no estén en condiciones para levantar de nuevo la persiana. Rodríguez Artola comenta que uno de los aspectos que más valorarán los clientes «será la atención personalizada, como ya se ha demostrado a la hora de gestionar cancelaciones y aplazamientos de reservas». Mucho cambiará, pero hay una oportunidad para potenciar detalles que abran un futuro sólido.

Tanto la Generalitat como los destinos turísticos aprovechan el periodo de confinamiento para promocionarse a través de las redes sociales. Una forma de que los asiduos no se olviden de aquellos lugares en los que disfrutaron de su descanso. Rosa María Rodríguez Artola detalla que es una forma «de que se les tenga en cuenta cuando puedan salir de casa». Y es que la sensación de estar físicamente no podrá cambiarse por nada.

A este respecto, Carlos Escorihuela duda de que los viajes virtuales «sustituyan a lo que siempre hemos conocido como experiencia turística». Con adecuaciones «será en el 2021 o en el 2022, pero la gente seguirá yendo donde va la gente, sea en la costa o en el interior, y se ha demostrado a lo largo de la historia».

Donde no hay opiniones coincidentes es en lo referente a las oportunidades que se abren a partir de ahora. Hay quien tiene esperanza de que la temporada se alargue hasta finales de año, pero el presidente de Ashotur recuerda: «La temporada de playa la marca el tiempo, y también el curso de los escolares».

PROTOCOLO PENDIENTE / La última reunión de la Comisión Sectorial de Turismo acordó coordinar un protocolo sanitario único una vez que se suavicen las medidas de confinamiento. Las medidas serán de aplicación común a toda España, y establecerán cómo se moverán los visitantes por los negocios turísticos y los destinos.

Por el momento no hay una fecha concreta para este regreso, ni las condiciones que deberán cumplir los empresarios. En las últimas semanas han aparecido imágenes de bares y playas con mamparas de metacrilato. Algo que apunta a fuertes inversiones, si bien nada hay decidido al respecto de forma oficial.

Lo que sí prepara la mayoría del sector es el uso de gel hidroalcohólico, la obligación de mascarillas y la potenciación del pago por vía electrónica.