La reforma integral del barrio de Maestría, que ha supuesto introducir en Castellón un nuevo concepto de movilidad, la supermanzana, finalizó en diciembre del 2017 tras una inversión de 1,6 millones de euros y un modificado del proyecto de por medio (que encareció en 126.900 euros la adjudicación inicial). Ocho meses después, las quejas vecinales y una moción aprobada en el pleno de febrero (con los votos de PP, Ciudadanos y Castelló en Moviment) obligarán a corregir tres deficiencias, de las 10 denunciadas, tras la elaboración de un informe técnico externo que ha auditado el proyecto. La comisión de seguimiento de las obras, en la que están representados todos los grupos municipales se reunió ayer para abordar el informe.

El estudio descarta siete de los diez ítems presentados como deficiencias, acepta dos parcialmente y solo uno en su totalidad, que es el referido a la existencia de alcantarillas en recorridos de accesibilidad peatonal, que se corregirán con el traslado de varios imbornales. Además, cambiarán las piezas de pavimento defectuosas, harán el enrasado de alcorques y corregirán la pendiente de las aceras en cuatro puntos de dos calles, con un estudio previo y el consentimiento de los dueños de viviendas y locales.

El concejal de Servicios Públicos, Rafa Simó, explicó tras la reunión de ayer con técnicos y grupos políticos que se pedirá la sustitución de rigolas defectuosas, el cambio de imbornales y el enrasado de alcorques de manera inmediata, mientras que el cambio en la inclinación de aceras deberá contar con la autorización de los propietarios. Según Simó, todo irá a cargo de la adjudicataria (la UTE Becsa-Jujosa). Además, recalcó que la obra está dentro del año de garantía, por lo que los técnicos, como en otros proyectos, volverán a revisar la ejecución antes de devolver la fianza.

CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN // Con los resultados de la auditoría sobre la mesa, PP y Ciudadanos consideraron que no se ajusta a las demandas de los vecinos. Desde el PP, calificaron la propuesta de «insuficiente» y van a seguir insistiendo, «como piden los vecinos, en la necesidad de instalar elementos de protección que garanticen la seguridad del viandante». «Si el experimento de innovación urbanística genera este caso, no queremos pensar en el Plan General», valoró Cs.