Otra de las grandes vías de comunicación de la provincia, la autovía CV-10 (así se le denomina al tramo que es todavía competencia de la Generalitat valenciana), alberga ya obras en la variante de Betxí. Los trabajos comenzaron en la madrugada del lunes, lo que supuso adelantar en un día la previsión de la Conselleria de Obras Públicas, que había señalado para el martes el inicio de las actuaciones.

Desde la Conselleria señalaron que el comienzo de los trabajos, por los cuales se cerrará, de forma alterna, uno de los dos sentidos de circulación de la autovía durante un mes, no supuso grandes alteraciones del tráfico. A pesar de ello, como pudo comprobar este diario, en los puntos en que los dos carriles se fusionan en uno (a lo que se suman los carriles de acceso a la vía) sí se produjeron retenciones destacables.

Así las cosas, con el objetivo de mejorar el firme de la carretera, hasta aproximadamente el 12 de noviembre (esa es la previsión), se trabajará en la calzada en sentido Barcelona, con lo que todos los vehículos circularán durante tres kilómetros por la de sentido València. Para salir en dirección a Betxí o incorporarse a la vía, no habrá ningún problema para los conductores que circulen en sentido sur. En cambio, los que deseen dirigirse hacia Barcelona solo podrán acceder a la vía por la salida norte. Para salir de la CV-10 hacia Betxí, quienes circulen en sentido norte deberán hacerlo en otras salidas de la autovía.

En la segunda fase de las obras, prevista del 13 al 26 de noviembre, sucederá exactamente al contrario: estarán abiertos los accesos y salidas de la parte este. Para minimizar la afección, se trabaja 24 horas, 7 días a la semana.

Más obras

Las labores forman parte de un contrato ad hoc para remodelar tres puntos del tramo autonómico de la autovía y los lleva a cabo la UTE Becsa-Pavasal por algo más de 3,5 millones de euros. Cuando acaben las obras actuales se trabajará a la altura de Onda y en el tramo Castellón-Borriol.