El Ayuntamiento de Castellón defiende su apuesta por la colocación de un semáforo en la rotonda situada junto a la Ciudad del Transporte y Salera en la protección del «más débil», pese a que está provocando que el tráfico en la zona, tradicionalmente congestionado, llegue a niveles de colapso, sobre todo a primera hora y a partir de las 18.00.

«Se trata de primar la protección de peatones y ciclistas», explican desde el área de Movilidad en respuesta a las quejas de usuarios y vecinos respecto a su funcionamiento, como publicó ayer Mediterráneo. Y es que en este departamento detectaron que el anterior paso, regulado por un paso de cebra, no ofrecía la suficiente seguridad para las personas que cruzaban. Por ello, aprovechando la habilitación de un carril bici el pasado mes de noviembre para unir esta zona comercial con el casco urbano, desde la concejalía se optó por esta solución.

en la salida // Uno de los aspectos más discutidos sobre la colocación de este semáforo es que está situado justo cuando empieza la salida a la CV-17, por lo que los coches que paran interrumpen el tráfico interior de la rotonda. En este sentido, usuarios y vecinos de la zona señalan que se podía haber habilitado varios metros más hacia el oeste y evitar este problema. Desde el Ayuntamiento explican que, por una parte, la existencia de una gasolinera justo al lado impedía instalarlo en otro lugar; y por otra, que está comprobado que es mejor situar los semáforos poco después de la salida de la rotonda, «cuando los vehículos todavía no han alcanzado demasiada velocidad».

A la opinión del equipo de gobierno se opone la de las asociaciones vecinales, como la de San Lorenzo o la de los grupos Rosario o Santo Domingo, que en la próxima junta del distrito oeste pondrán sobre la mesa el tema. Las largas colas de coches y el aumento del riesgo de accidentes son las razones que aportan