La reforma del Caminàs será una realidad «sí o sí». Así lo aseguró ayer el portavoz del equipo de gobierno, Rafa Simó. «Habrá una solución en las próximas semanas», dijo, en referencia al conflicto abierto con la Generalitat valenciana, que reclama al Ayuntamiento de Castelló unas tasas por el uso de la vía pecuaria antes de otorgar la autorización. «La tendremos», aseveró ayer Simó, para «desbloquear de la manera que sea» un proyecto millonario para la capital de la Plana.

Parece que esa «manera» a la que hizo referencia ayer Rafa Simó no puede ser otra que terminar pagando las tasas que pide la Generalitat, de unos 15.000 euros, que tienen ahora mismo estancado un proyecto de más de cuatro millones de euros. La otra pasa por que la Conselleria atienda las razones jurídicas del propio consistorio, que considera que no debe realizar esos pagos.

El proyecto del Caminàs depende de Conselleria porque se trata de una vía pecuaria de titularidad autonómica. Por ello, el Ayuntamiento necesita de autorización para poder licitar la obra, que cofinanciará con fondos europeos. La tardanza en obtener la autorización obligó al consistorio a renunciar a la obra el año pasado, para no perder los fondos europeos Feder. Castelló optó por redistribuir los 4,3 millones de euros en proyectos de perfil técnico similar: 3,3 millones al camí La Plana, ya finalizado, y el millón restante a carriles bici.

El proyecto original de remodelación integral del Caminàs entre Sant Jaume de Fadrell y la Basílica del Lledó contempla la transformación del vial en un corredor verde que conecte el patrimonio cultural de sus ermitas, favorezca la movilidad sostenible y promueva la recuperación de caminos históricos. H