Organizar actos taurinos en plazas portátiles --por lo que supondría para el control de aforos y de medidas de seguridad e higiene-- si las condiciones no permiten realizar bous al carrer a la manera tradicional fue una de las opciones planteadas en la videoconferencia mantenida ayer entre el director de la Agencia Valenciana de Seguridad, José María Ángel, y alcaldes de algunos de los municipios taurinos más importantes de la Comunitat Valenciana, entre los que estaban Vila-real, la Vall d’Uixó, Onda, Almenara, Segorbe y Benicarló.

Más allá de la postura unánime de apoyar al sector taurino aunque bajo la premisa incuestionable de que «por encima de hacer fiesta está la salud de los valencianos», pocas conclusiones más pudieron adoptarse, porque el interrogante principal, si podrá retomarse la actividad festiva a partir de julio con cierta normalidad, no tiene respuesta «para ningún sector», como destacó Ángel.

El portavoz autonómico entendía que era importante iniciar el diálogo entre todas las partes implicadas, algo que ya se ha producido y que de hecho se repetirá de manera periódica cada 15 días. Sobre el fondo de la cuestión, considera legítima y lógica la búsqueda de alternativas que posibiliten la celebración de eventos taurinos, pero remarcó que «si las autoridades sanitarias no lo permiten, no se podrá hacer». Es por ello que, entre las cuestiones a abordar está, en el peor de los escenarios posibles, no dejar de lado a los ganaderos ni a la industria nacida a partir de esta tradición valenciana.

ECONOMÍA SUBSIDIARIA / En ese sentido mostró su parecer el alcalde de Vila-real, José Benlloch, quien considera que la suspensión de los festejos tiene serias implicaciones entre empresas y autónomos surgidos alrededor de los bous al carrer «solo por lo que respecta a la organización», a lo que cabe sumar la inquietud colectiva por la supervivencia de la ganadería de reses bravas «que no es como cualquier otro animal de granja, es una obra de arte que requiere de mucho trabajo para lograr unos hierros y unas razas que si no apoyamos se van a perder». Al respecto, José Mª Ángel afirmó que «la Generalitat no va a abandonar a los ganaderos», aunque no concretó de qué modo y desde qué área se les ayudará.

Entre las cuestiones que planteó la alcaldesa de la Vall d’Uixó, Tania Baños --con casi un centenar de actos taurinos al año y más de 20 fiestas locales--, está la necesidad de que el gobierno autonómico «no nos pase a los ayuntamientos la patata caliente de tener que decidir si se suspende una fiesta o no». Entiende que deberían existir unos criterios comunes para todo el territorio.

Todos los alcaldes defendieron la responsabilidad de las peñas y comisiones de fiestas de sus municipios, «que son las primeras en asumir la gravedad de las circunstancias actuales», lo que no resta la necesidad de que existan «medidas de seguridad claras» que precisen la viabilidad de la organización de actos populares «y no solo taurinos», precisó Baños. Así, a día de hoy, siguen en el aire las fiestas previstas para lo que queda de temporada.