El corazón de Castellón está envejecido. También el de Vinaròs. Y el de l’Alcora, Y el Onda. Y el de Benicarló. Las casas desocupadas abundan en los centros históricos de la mayoría de los municipios de la provincia. Hay pocas excepciones. Entre tiendas, restaurantes y entidades financieras (las que quedan) asoman edificios en avanzado estado de degradación. Durante años, y por culpa de las estrecheces económicas, pocos ayuntamientos les han prestado atención, aunque ahora las cosas están empezando a cambiar.

Al menos una decena de municipios de la provincia tiene en marcha proyectos de recuperación de sus centros urbanos. Y todo gracias al hermano europeo. Castellón, Almassora, Vinaròs, Benicarló, Burriana u Onda ya cuentan con una Edusi (Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado), financiada con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Estas localidades ya están invirtiendo en mejorar sus ciudades y otras muchas poblaciones más pequeñas de la provincia están solicitando las ayudas que está ofreciendo la Generalitat valenciana y que provienen de los mismos fondos. ¿El objetivo? Recuperar los centros históricos, hacerlos más habitables, y poner en valor sus edificios más significativos.

La imagen se repite se hable de Castellón o de Vinaròs, donde la población (sobre todo la más joven) ha ido poco a poco abandonando el centro para instalarse en las afueras. «La mayoría de los centros históricos presentan las mismas deficiencias. Y las más importantes derivan de la ausencia de inversiones en servicios de infraestructura urbana, en zonas verdes y en espacios de encuentro, que provoca una sensación de abandono del barrio y conlleva el envejecimiento y la despoblación», apuntan desde El Fabricante de Espheras, una cooperativa de arquitectos que, entre otros muchos proyectos, ha diseñado el Plan Especial de Protección del Centro Histórico de Vinaròs (en elaboración), además de ser los artífices de las obras de rehabilitación del Palau de Betxí, varias plazas de Onda y la recuperación del entorno de la ermita de Sant Blai en Burriana.

UN PATRIMONIO INFRAUTILIZADO

Los centros urbanos están despoblados y la mayoría de sus elementos patrimoniales, infrautilizados o mal gestionados. «Muchos tienen también problemas de accesibilidad lo que, unido a la falta de espacios verdes provocada por la proliferación de plazas duras con escasa o nula vegetación y a la presencia masiva del coche, ha desencadenado la expulsión del peatón de calles y plazas», dicen los arquitectos de El Fabricante de Espheras.

Onda, cuyo centro histórico está catalogado como Bien de Interés Cultura, es uno los municipios de la provincia que tiene Plan especial de protección del centro. Solo de los fondos Feder recibirá más de cinco millones de euros, además de ayudas de otras administraciones, como el Consell, la Diputación o el Gobierno central. «Hay varias actuaciones que ya se han puesto en marcha, como ayudas locales de hasta 5.000 euros para la rehabilitación de casas y la reforma de varios inmuebles que se destinarán a vivienda social», apuntan fuentes del consistorio. En esta localidad también se está actuando en la plaza Sinagoga, como antes se hizo en la plaza del Raval de San Josep y en el Pla.

En Vinaròs, el Ayuntamiento ha aprobado un plan para proteger el centro histórico. «Poco a pocos sus calles se han ido despoblando y han sido copadas por comercios y restaurantes. Lo que se pretende es lograr un equilibrio y que las viviendas vacías vuelvan a llenarse», resume Jan Valls, arquitecto y concejal de Ordenación del Territorio, que insiste en que se trata de un plan abierto a la participación ciudadana. «El centro es la tarjeta de presentación del municipio y hay que trabajar para que sea más accesible y atractivo, también desde el punto de vista turístico», añade.

Donde también se va rehabilitar el centro es en Benicarló. «El objetivo es recuperar y planificar el núcleo histórico y poner en valor sus elementos arquitectónicos, culturales y turísticos. Y lo queremos rehabilitar para que la gente pueda vivir», aseguraba la alcaldesa, Xaro Miralles, durante la presentación del proyecto.

OBJETIVO: RECUPERAR POBLACIÓN

Con la recuperación de los centros urbanos, los ayuntamientos pretenden hacer sus ciudades más atractivas, pero también frenar la despoblación. «Surge la oportunidad de atraer nuevos residentes que ayuden al necesario cambio generacional de los centros. La posibilidad de peatonalizar aumentaría el valor de estos lugares que ya de por sí suelen ser barrios tranquilos y con buena convivencia vecinal», argumentan los expertos en rehabilitación de centros históricos.

Pero, además, las obras dan un nuevo impulso a la economía local. «Sin duda, el plan del centro generará más oportunidades para la economía local», dice Valls. Y ese es otro de los objetivos.