La industria azulejera de Castellón, la más potente de la provincia, afronta durante la jornada de hoy una situación excepcional y de trabajo a contrarreloj para aprovechar hasta el último segundo la moratoria de un día del Gobierno antes de cesar su actividad durante las dos próximas semanas como medida para la contención del coronavirus a todas aquellas consideradas como no esenciales, como es el caso. El tráfico de camiones está siendo continuo en localidades como Onda, l'Alcora o Vila-real.

Desde primera hora de la mañana, los fabricantes están empleando todo su esfuerzo en cargar el mayor número de pedidos posible para atender algunos de sus mercados más potentes como son Francia y Alemania. El objetivo es movilizar el material cerámico para que se inicie el proceso de transporte hacia los mercados europeos, ya que no está asegurada, pese a las presiones del clúster azulejero, a partir de mañana su salida. En muchos de estos países, compradores premium del azulejo de Castellón, el consumo de cerámica, por el momento, ha disminuido poco, no como en España.

Con el mercado nacional completamente parado, debido al cierre de las tiendas y a la confirmación ayer de la parada del sector de la construcción, los responsables de las azulejeras se afanan en dar salida al mayor número posible de pedidos. No obstante, según fuentes consultadas por Mediterráneo hoy aún se mantenían hornos abiertos. Se ha rebajado la producción, no están al 100% de rendimiento pero la fabricación no se ha detenido todavía completamente.