El incremento de los costes energéticos se ha convertido en uno de los grandes quebraderos de cabeza de la industria azulejera de Castellón, si no en el principal. La factura gasística, que representa unos 375 millones de euros, es el ejemplo más evidente de esta cuestión, pero no el único. Las empresas denuncian que la normativa europea de comercio de emisiones es cada vez más «restrictiva» y que su adquisición, que hace tan solo un año supuso un gasto de cuatro millones de euros para el conjunto del sector, podría multiplicarse por cuatro, si no más, en el 2020.

Según los datos más recientes de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), ya en el 2018 el coste se incrementó hasta los 11 millones de euros, lo que supone que en solo 12 meses casi se triplicó. Pero las malas noticias no terminan ahí, ya que la Unión Europea prepara una nueva legislación «más exigente» para el periodo 2020-2030 cuyo impacto, en su primera fase (hasta el 2025), «podría oscilar entre los 16 y los 30 millones de euros anuales».

CAÍDA Y AUGE DE LA DEMANDA // Así lo aseguró el secretario general de Ascer, Pedro Riaza, durante una de sus últimas comparecencias públicas. «El incremento del precio de las emisiones de CO2 es un fenómeno nuevo que habría que definir como poscrisis», indicó Riaza. En efecto, durante los años de recesión, la paralización de hornos provocó una caída de la demanda y del precio de las emisiones y en los últimos años, con la recuperación económica y pese a que la industria ya ha entrado en una nueva fase de desaceleración, se ha invertido.

Junto al crecimiento, la necesidad de profundizar en las políticas ambientales es lo que explica este alza de los costes del CO2.

No obstante, desde Ascer explicaron que «cualquier incremento de los costes energéticos va en contra de la competitividad» del clúster cerámico. Sobre esta cuestión, y a nivel comunitario, la patronal Cerame-Unie exige «igualdad» frente al resto de países fabricantes cuyos productos se venden en la Unión Europea.

SIN ALTERNATIVA ACTUAL // «A nivel tecnológico no existe en la actualidad una alternativa, entre las energías renovables, al uso intensivo de gas natural por parte de las empresas azulejeras», sentenció un Riaza que apuntó la posibilidad de que el sector negocie con las diferentes administraciones ayudas para compensar este nuevo sobrecoste energético.