El sector cerámico recibió con satisfacción contenida la noticia sobre el acuerdo al que llegaron la Generalitat y los empresarios mineros y que debe permitir desbloquear expedientes mineros que, en algunos casos, llevan más de 15 años paralizados. Eso sí, representantes de compañías azulejeras rebajaron el optimismo y exigieron pasar «de las palabras a los hechos» a la mayor brevedad posible, pues se trata de una cuestión «clave» para las firmas.

La patronal Ascer celebró el consenso alcanzado en el seno de la Mesa de la Minería, pues «el uso de arcillas locales de calidad es una característica distintiva de la industria española y una fuente de competitividad».

Fuentes de la asociación empresarial apostaron por la «explotación ordenada de los recursos mineros» y la «agilización de los trámites para llevar a cabo esta actividad», pues añadieron que son «necesidades que afectan al desarrollo sostenible y económico del territorio». En este sentido, aseguraron que hay expedientes que llevan «años sin resolverse», y que de hacerlo «garantizarían el abastecimiento de arcillas durante lustros».

MATERIALIZAR EL ACUERDO

El uso del condicional por parte de Ascer no es casual, pues otros empresarios del sector consultados por Mediterráneo coincidieron en señalar que, una vez hecho el anuncio, es el momento de materializarlo. «Estamos muy satisfechos de que la Generalitat haya decidido finalmente optar por acelerar las concesiones», indicó un empresario, para añadir que las palabras deben plasmarse en «decisiones reales» que permitan aumentar la utilización de materias primas autóctonas.

CUESTIÓN DE SEGURIDAD

Otra fuente consultada por este diario aplaudió que el ejecutivo autonómico haya optado por aparcar su voluntad inicial de modificar la normativa regional de minas. «Lo importante es que tengamos facilidades para utilizar arcillas locales, pues ello es muy importante no solo a nivel económico sino también de seguridad, pues ahora dependemos de terceros países que en muchas ocasiones viven situaciones inciertas», afirmó.

Ejemplos de ello son Turquía y Ucrania, de donde las empresas importan importantes cantidades de material y que en los últimos años han vivido diversas situaciones de inestabilidad.