Estados Unidos es, cada vez más, un mercado decisivo para el azulejo español. El crecimiento de dos dígitos en las ventas, prácticamente ininterrumpido en la última década, ya han convertido al país en el segundo destino en el extranjero del Tile of Spain con unos ingresos de 235 millones de euros, solo por detrás --y cada vez más cerca-- de Francia. Las empresas castellonenses no solo se benefician del creciente consumo de cerámica en Estados Unidos, sino que están ganando cuota de mercado a los otros países fabricantes a base de introducir innovaciones en una distribución que durante décadas estuvo muy controlada por las compañías italianas.

Es por ello que las firmas del clúster azulejero provincial tienen una presencia destacada en la feria de Coverings, que arrancó ayer en Orlando y que finalizará el viernes. Un total de 94 empresas españolas tienen su espacio en el evento, en el que el gran objetivo es consolidar clientes para sortear los nubarrones que se divisan en el horizonte en forma de ralentización del crecimiento en un país cuyo sector constructor y residencial ha crecido con fuerza en los últimos años, facilitando así un mayor uso de cerámica.

MEJOR QUE LA COMPETENCIA

Los datos de cierre del 2018 muestran el buen momento de las empresas españolas. Las ventas en superficie (metros cuadrados) se incrementaron un 25%, muy por encima del crecimiento que experimentó China (líder en exportaciones a este destino) y de las caídas que experimentaron otros productores como Italia, México, Turquía, Perú o Colombia.

Los motivos de esta mejora del posicionamiento son variados, pero las fuentes consultadas coinciden en señalar que la cerámica española ha sabido encontrar su sitio en el país diferenciándose de sus competidores. El delegado en Miami del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), Pablo Calatrava, destacó que las firmas de la provincia «están apostando por diseños y formatos más agresivos, por prestar una especial atención al canal contract, focalizándose así en los segmentos más exclusivos» pero sin llegar a los precios del producto italiano. También desde Ascer destacaron que el Tile of Spain «ha sabido colocarse en el nivel medio y medio-alto del mercado con una relación calidad-precio muy buena».

¿PRIMER MERCADO EXTERIOR?

Este óptimo posicionamiento permite pensar a diferentes voces del sector que el mercado estadounidense puede convertirse, más pronto que tarde, en el primer destino exterior del azulejo español. Así lo manifestó ayer durante la inauguración de Coverings el conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, que destacó el «enorme potencial de crecimiento que tiene el mercado norteamericano, donde los productos cerámicos representan el 16% de los revestimientos».

Aunque con más prudencia, los empresarios también creen que, «salvo que haya una nueva crisis», Estados Unidos presenta un margen para crecer sin parangón. Así lo afirmó, entre otros, el director general de Ape Grupo, José Miguel Pellicer, en una lluviosa jornada inaugural.

LA RELEVANCIA DEL CRECIENTE PESO LATINO

Lo saben bien quienes llevan años trabajando el mercado norteamericano. Estados Unidos ha sido, durante décadas, un desierto en el que las empresas españolas tenían muchas dificultades para entrar.

Raul Pontac, actualmente responsable de ventas en el país de una importante firma nacional, explicó que la América «rural y tradicional es de moqueta y ahí es muy difícil provocar cambios de tendencia». Sin embargo, y esto suscriben tanto Pontac como el delegado de Ivace en Estados Unidos, Pablo Calatrava, el creciente peso demográfico de la comunidad latina en Estados Unidos es una buena noticia para la cerámica en general y para las compañías españolas muy en particular.

«Por proximidad, son un tipo de consumidor que se decanta con facilidad por el azulejo respecto a otros materiales sustitutivos, y la facilidad con el idioma provoca que para las empresas españolas sea un nicho de mercado muy interesante», apuntaron.

El margen de crecimiento del Tile of Spain se encuentra en las grandes ciudades de la costa este y en Miami, auténtica capital latina de Estados Unidos, pues el oeste está controlado, por cercanía, por las empresas chinas.