El sector azulejero de Castellón ya ha comenzado a notar los efectos positivos de la investigación antidumping que Estados Unidos ha abierto a China, pese a que esta se encuentra todavía en fase preliminar. Fuentes empresariales y del Consell confirmaron a Mediterráneo que, aunque todavía no está claro qué consecuencias se derivarán del proceso recién abierto, la simple posibilidad de que se impongan aranceles retroactivos ha frenado en seco la compra de baldosas chinas por parte de los distribuidores estadounidenses, lo cual se está traduciendo en un incremento de los pedidos a varias compañías de la provincia.

Una de ellas es Baldocer, cuyo responsable de ventas, Albert Royo, explica que en la firma con sede en Vilafamés han recibido en las últimas semanas «más pedidos de lo habitual» desde el otro lado del Atlántico por parte de clientes que «suelen comprar mucho producto de China», puntualiza. Entre los motivos, Royo añade a la investigación antidumping y a la guerra comercial la situación favorable a nivel monetario, pues el cambio actual favorece las transacciones entre firmas españolas y distribuidores americanos.

VARIOS INTERESADOS // Esto implica que la demanda presentada por los productores norteamericanos, que el Departamento de Comercio aceptó el 10 de abril, ya está perjudicando a los asiáticos en beneficio del resto de fabricantes con intereses en el país, entre los que están los españoles, pero también los italianos, los mexicanos y los autóctonos. Y ello, pese a que ahora se abre un proceso que no se prevé que finalice antes de enero del 2020, con lo que hasta entonces no habrá aranceles.

En este contexto, el delegado del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) en Miami, Pablo Calatrava, confirma que la paralización del comercio de baldosas entre las dos potencias se debe al «miedo» que existe entre los compradores de azulejo estadounidenses a que esas hipotéticas tasas sean retroactivas, es decir, que se apliquen a todos los pedidos efectuados desde el momento en el que se inició la investigación.

El interés de las firmas del Tile of Spain por aprovechar esta oportunidad es evidente. Estados Unidos es un país en el que el uso de cerámica va al alza y que el 2018 consumió 288 millones de metros cuadrados. Un tercio de los mismos llegó de China, que es el país que tiene una parte más importante del pastel. No obstante, la penetración del azulejo español ha crecido en solo cuatro años del 6% al 14,1%, con lo que muchas compañías ya tienen una buena posición para dar un nuevo salto que podría convertir al país de Trump, este mismo año o el próximo, en el primer mercado exportador, superando a Francia.

El 2018, las ventas a este país alcanzaron un nuevo récord con un volumen de negocio de 235 millones de euros. Este año ha arrancado mejor y, hasta marzo, los pedidos sumaron 57,4 millones, un 9% más que doce meses antes.