Casi mil personas menos. Si en el 2016 el numero de ciudadanos atendidos por el Banco de Alimentos de Castellón fue de 15.586, en el 2017, la cifra alcanzó los 14.811 beneficiarios.

Es el principal dato de la memoria 2017 de actividades de esta organización benéfica sin ánimo de lucro que fue dada a conocer ayer. Un descenso que, sin embargo, no frena las necesidades de alimentos «para muchas familias castellonenses», detalla el presidente de la entidad, Antonio Marqués, quien incide en la importancia de «seguir, más si cabe, recabando la solidaridad por parte de los castellonenses».

Según las cifras de la institución, el año pasado se repartieron un total de 1.111.725 kilos de alimentos, cerca de 700.000 procedentes del Fondo Español de Garantía Agraria y más de 400.000 logrados con recursos propios.

En este sentido, vuelven a hacer un llamamiento a los castellonenses para que se sumen a las campañas que se realizan para la entrega de alimentos, así como su implicación en los programas de socios y empresas amigas.

TRABAJO EN PRECARIO // Por otra parte, como explica la asistente social de la entidad, el perfil básico de los beneficiarios sigue siendo «familias que han sido de clase media en paro, o que tienen trabajo en precario», concreta. «Todavía hay mucha gente necesitada», detalla en su exposición.

Otro aspecto a destacar es que «por primera vez se van a realizar cursos de formación sociolaboral para personas que están en riesgo de exclusión social», indica.

Asimismo, una vez más, apuntan desde esta institución que los alimentos más solicitados son «los no perecederos: leche, sobre todo, para los niños pequeños, pasta, arroz, legumbres, aceite, así como frutas que se transforman en zumo», resaltan.

NUEVOS PROYECTOS para 2018 // Para este 2018 el Banco de Alimentos de Castellón está trabajando en una nueva página web, desarrollar protocolos internos de actuación para mejora de la organización, una mejora del asesoramiento y acompañamiento para el grupo de voluntarios, puntualizan desde la asociación.