La caída de la producción citrícola que registra este año el campo de Castellón tiene diversas derivadas y consecuencias. Una de ellas, como ya explicó Mediterráneo en su edición de ayer, es que los precios de la clemenules se han disparado y alcanzan cotas desconocidas desde hace diez años. Pero hay más, puesto que esa caída del tonelaje, que el Consell cifró en un 40% pero que diversas voces del sector afirman que puede ser incluso mayor, también afecta de forma evidente a unas contrataciones que han caído en picado.

Así lo confirman tanto diversas empresas de trabajo temporal consultadas como varias fuentes del sector, que aseguran que los comercios, por la caída del tonelaje, están en su mayoría asumiendo la carga de trabajo con las plantillas habituales de fijos discontinuos y apenas necesitan de los servicios de las empresas de trabajo temporal (ETT) para contratar a collidors o peones para los almacenes.

AFECTA A TODA LA CAMPAÑA

El director de Calidad y Marketing del grupo Noa’s, Toni Pérez, aseguró sin tapujos que la campaña está yendo «mal», ya que «apenas hay movimiento en el campo». «Lo peor es que afecta tanto a Castellón como a Valencia y se prevé que la merma de producción no afecte solo a la clemenules, sino también al resto de variedades tanto de clementina como de naranja», apuntaron desde una compañía muy especializada en contrataciones para el sector primario.

En el mismo sentido se pronunció el responsable de la ETT Treball al dia, Antonio Ventura, que explicó que en una campaña habitual contratan a unas 1.000 personas para empleos vinculados a la naranja y que este año apenas prevén llegar a 300. Pese a estas cifras y a que la caída del empleo se da por hecha, por el momento todos los consultados creen que aún es pronto para balances y no se atreven a hacer una previsión de cuánto bajarán los contratos en toda latemporada, que habitualmente rondan los 25.000.

Desde los sindicatos tienen otra preocupación: la duración de la campaña, que recortará de forma drástica los jornales. El responsable de UGT, Ramón Serra, aseguró quela temporada será «más corta de lo que es habitual», de forma que una vez finalice la recogida de la clemenules --algo que podría producirse hacia el 20 de diciembre, un mes antes que el 2018-- muchos de los empleados finalizarán su relación contractual con los comercios y cooperativas.

La disminución de la actividad en el campo también afecta a los transportistas, pues este año habrá que hacer menos viajes. Los más perjudicados son los camioneros autónomos de los que las empresas echan mano en momentos punta de la campaña.