La presión fiscal en Castellón ha descendido y han bajado los impuestos en tres años», sentenció ayer la alcaldesa de la capital de la Plana, Amparo Marco, como corolario del argumentario desarrollado ayer sobre la política de impuestos del equipo municipal de Gobierno, y que supone «un alivio fiscal» de 10 millones de euros a los castellonenses en el cobro del IBI urbano y rústico.

Unas cifras que rebaten las críticas formuladas por el Grupo Municipal del PP hace días que situaban a Castellón como la segunda capital de provincia que más recauda por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), con una media de pago de 419,8 euros por habitante, según el informe Panorama de la Fiscalidad Local 2018, del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF).

Marco apuntó que la práctica totalidad de los inmuebles residenciales de la capital ha pagado en 2018 menos IBI respecto al año anterior, y cuya suma es precisamente «los casi 10 millones de euros que se habría pagado de más si el Gobierno municipal hubiera dejado los tipos impositivos como estaban hasta el año 2015, con el gobierno del PP».

Además, reiteró que «el Pacte del Grau ha impulsado una reducción del coeficiente del IBI en los dos últimos años, y que se cifra en un 12,38% menos».

De forma paralela, indicó Marco, «se ha solicitado una doble reducción de los valores catastrales, que descenderán un 15 % tras las dos peticiones realizadas ante la Dirección General del Catastro». Como ejemplo, señaló que «una vivienda con una base liquidable de 100.000 € pagó 787 euros por el IBI en 2015 y ha abonado 690 euros en 2018». Pero, no solamente «hemos bajado el IBI, sino también hemos sido capaces de mantener la suficiencia financiera del Ayuntamiento, pese a tener una reducción de la recaudación en el impuesto de bienes inmuebles». «Hemos demostrado que hay otra forma de gestionar las finanzas municipales: los que tienen más pagan más, y lo que tienen menos pagan menos», advirtió la alcaldesa socialista.

RÁNKING AYUNTAMIENTOS // Por su parte, el edil de Hacienda, Antonio Lorenzo, aportó más datos sobre la bajada fiscal en Castellón, como la posición de la capital de la Plana en el ránking tributario de los ayuntamientos españoles, «que ha pasado del puesto 32 en 2014 al 38 en el 2018». «También se ha bajado el IBI rústico para favorecer la actividad agrícola».

Añadió, que el impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO) «ha pasado del 4 al 3,5% para ayudar a reactivar el sector de la construcción y la rehabilitación». «Ha descendido la tasa de ocupación de vía pública de mesas y sillas para ayudar al sector de la hostelería».