Los hijos de Francisco Guerrero, que ganó 6,5 millones en Bonoloto y perdió todo tras invertirlo en el Banco Santander, han recuperado 1,2 millones pues ha quedado acreditado que hubo "vicio en el consentimiento" en la contratación de los productos financieros que les hicieron perder su parte del premio.

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Castellón ha ratificado la sentencia de un juzgado de la capital de la Plana que reconocía la existencia de esa circunstancia, según el fallo al que ha tenido acceso EFE.

En 2007, Francisco Guerrero, de 65 años, sin estudios y "totalmente ignorante en cuestiones financieras", invirtió 6,5 millones de euros en el banco, parte del dinero a su nombre y parte a nombre de sus hijos en unos fondos que creyó que eran a plazo fijo sin riesgo.

En 2009 fue a sacar 30.000 euros para una operación de rodilla y le dijeron que "no tenía dinero"; desde entonces estuvo arruinado y, además, sus hijos dejaron de hablarle porque la parte que invirtió a su nombre, 600.000 euros para cada uno de sus cinco hijos, también se perdió.

En abril de 2016, el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Castellón dio la razón a Francisco Guerrero y declaró la nulidad por "infracción de precepto legal e incumplimiento del deber de transparencia de los contratos de adquisición firmados con el Banco Santander", condenado a devolverle 1.062.612 euros.

Un dinero que de nuevo ha perdido Francisco Guerrero, cuyo patrimonio y cuentas estaban lastradas por la "ingeniería financiera" a la que había sido inducido con préstamos con altas amortizaciones a las que tuvo que hacer frente.

El periplo judicial de Guerrero ha continuado con este nueva sentencia en favor de sus hijos que reconoce que los demandantes, así como su padre, "no tenían conocimientos financieros de ningún tipo, ni actividad profesional relacionada con el sector financiero o de inversión".

Los inversores, señala el fallo al que ha tenido acceso EFE, "no tienen experiencia que determine su conocimiento de los diferentes productos financieros, más al contrario, son clientes sin conocimiento alguno que ante una nefasta experiencia con otra entidad bancaria acuden al Santander, llamando la atención que la demandada no pusiera mayor cuidado en las inversiones asesoradas a la vista del perfil y experiencia de los inversores".

Ahora, Francisco Guerrero tiene pendiente un nuevo juicio contra la citada entidad, señalado para marzo de 2020, en el que reclama 2.064.515,67 euros por otra parte de los productos financieros que contrató sin ser conocedor del tipo de inversión que realizaba -y que resultó compleja y de riesgo- y reclama además daños morales, porque actualmente continúa siendo tratado por depresión crónica.

Desde el entorno de Guerrero han explicado a EFE que su voluntad es que nadie "pase por lo que ha pasado él" y se asesoren si resultan ganadores de grandes cantidades de dinero en juegos de azar y pretenden depositarlos en entidades bancarias.