En las batidas autorizadas en enero en el parque natural del Desert de les Palmes abatieron 46 jabalís, según informó la Conselleria de Agricultura. Estas acciones continuarán hasta el 29 de febrero. Quedan cinco pendientes. La desarrollada el 31 de enero, entre Benicàssim y Cabanes, fue la que permitió cazar un mayor número (33) .Desde que empezaron los controles, han eliminado 65 ejemplares, según las mismas fuentes. La Conselleria hizo un informe en el 2018 en el que advertía de una superpoblación de 25 por km2 en el Desert, cifrada en unos 700 individuos, que había que reducir para mantener en equilibrio el ecosistema. Este año calculan que se sitúa en la actualidad en 17-18, dato no oficial, y se quiere reducir a 4 ó 5.

Desde la Conselleria detallaron que con el análisis de las batidas y estaciones de fototrampeo estiman «su población en el Desert de les Palmes».

Por su parte, la delegación provincial de la federación de caza consideró que las batidas en el Desert estaban transcurriendo como se esperaba. "El principal objetivo es descender la población de jabalís en la zona y de momento se está consiguiendo", señaló su presidente, Pablo Molina. Como parte negativa destacó el boicot que se ha sufrido algún día por grupos animalistas.

Respecto a las peticiones de la delegación provincial de caza y la Unió de Llauradors de agilizar los permisos para realizar esperas nocturnas, ante la proliferación de cerdos salvajes en la zona litoral, desde la Administración autonómica señalaron que se ha intentado agilizar su tramitación delegando la concesión en los jefes de comarca. No obstante, ello no ha evitado que sigan proliferando en puntos como la CV-149 de Castelló a Benicàssim, o en el camino La Plana o Peñíscola.

En relación con la posibilidad de colocar cajas trampa, que también solicitaban los agricultores, señalan que «es una medida excepcional que debe ser debidamente justificada por la total insuficiencia de otras medidas de control y la falta de alternativas efectivas». Desde el colegio de veterinarios, su presidente, Luis Miguel Gargallo, indica que convendría hacer un censo, aunque si están entrando en urbanizaciones y zonas urbanas es evidente que hay superpoblación. «Lo más eficaz es la recogida o el sacrificio. La esterilización solo es útil a largo plazo», destaca, añadiendo que las batidas resultan efectivas.

RIESGO // Además desde el colegio defienden realizar de analíticas, pues el exceso de población puede suponer un problema de salud pública y sanitario, porque pueden transmitir enfermedades, por mordeduras a personas, o incluso a otros animales.

En el caso de las granjas porcinas, estos controles están regulados. Por ello, explica que capturar jabalís y enviarlos al matadero debería hacerse en un circuito separado del de las granjas porcinas para evitar la transmisión de enfermedades. Entre las patologías que pueden transmitir están la peste porcina, la tuberculosis y la enfermedad de Aujeszky. H