Filippo Giunta es el director del Rototom Sunsplash, uno de los festivales de reggae más importantes del mundo, que celebra su 26º edición del 16 al 22 de agosto, en Benicàssim.

--Es el décimo aniversario en Benicàssim, ¿será una edición especial para la organización?

-Sí. Se cierra un ciclo. Para esta edición hemos llamado a muchas bandas españolas para celebrarlo y, sobre todo, el último concierto que cerrará la edición, Green Valley&Friends, con 10 cantantes españoles invitados sorpresa. También actuará este año Macaco, Emeterians y hasta un artista de Benicàssim, Bloeman. Y estamos contentos de la consolidación del reggae, pues cuando llegamos apenas se conocía.

--El festival se caracteriza por la presencia de muchos artistas jamaicanos. Y este año también se plasma en el cartel...

-Así es, sobre todo este año casi todos son de Jamaica. Por ejemplo, los que empezarán cada jornada y los que cerrarán prácticamente la mitad. El cartel de este año está dedicado al roots, origen del reggae. Tendremos bandas que celebran 40 o 50 años, todas las leyendas del reggae. El resto son de Europa y de todo el mundo. En cuanto a los artistas que más público atraerán, Ziggy Marley (hijo de Bob), Macaco, Green Valley... Un Marley está en todas nuestras ediciones.

--Aparte de los diversos escenarios, el macroevento no es solo música, ¿qué áreas habrá?

-Este año incorporamos un espacio dedicado a los adolescentes, que hasta ahora no tenían una propuesta dedicada a ellos. Tendrán talleres para aprender a ser pinchadiscos, youtuber, de pintura... Los niños verán aumentada el área de Mágico Mundo; para los adultos está el Foro Social, la Reggae University. Pachamama esta edición tendrá un protagonismo especial, ya que está dedicada al medio ambiente y eliminamos por completo el plástico. En African Village tendremos un colaborador nuevo de Senegal, un activista muy conocido, que llegó a España en patera. Y ahora está muy integrado. También seguirá el Rototom Circus, el Mercado Artesano, la Social Art Gallery, restaurantes y mercadillo.

--¿Hay novedades?

-Sí. Los pagos en todo el recinto serán mediante pulsera electrónica, con un microchip que hemos implementado. El público podrá moverse más cómodo, sin efectivo, evitando el miedo a perder dinero o las largas colas en los cajeros del pueblo. Podrán recargarlo con la tarjeta directamente en el recinto. Además, cuando salgan se les devolverá todo el dinero que no han consumido. Hemos eliminado el dinero en efectivo. Evitará robos y resolverá problemas de seguridad.

--¿Qué objetivos os marcáis o qué os gustaría cambiar?

-Nos gustaría que cambiaran las condiciones. Al terminar esta edición queremos sentarnos en una mesa con todos los protagonistas de la política, de los empresarios, para hablar del futuro del festival en los próximos años. Ha llegado el momento de establecer unas condiciones fijas para los próximos 10 años, aprovechando también el cambio de propietarios del FIB. En todo este tiempo no hemos tenido la oportunidad de hacer una inversión importante en el recinto, acampada, párking... por esos contratos que caducan, cambian... Y hemos tenido bastante dificultad.

--El Ayuntamiento ha dado el paso tras 20 años de alquileres de expropiar los terrenos del recinto de conciertos para lograr su adquisición definitiva, garantizar la celebración de los festivales y poder invertir en infraestructuras fijas... ¿Cómo cree que se debería gestionar después el recinto?

-Echo en falta por ejemplo la figura de un responsable único, un coordinador para todos los problemas que tenemos, hasta ahora siempre tenemos que hablarlo con la alcaldesa. No tenemos una persona dedicada especialmente al recinto y los festivales. También considero fundamental un párking y zonas de acampada de gran capacidad. Si Benicàssim quiere beneficiarse del público que viene al festival es fundamental, porque si no, la gente se va a otros pueblos.

¿Qué infraestructuras fijas deben ser prioritarias?

-Un vallado serio y cerrado (un muro), taquillas, oficinas, aseos... Un espacio que cualquier promotor de eventos lo tenga ya preparado para esto. Y quizás un escenario fijo, para eventos de menor calibre. Esto nos permitiría organizar más cosas, ya que tenemos que esperar que los demás desmonten para montar nosotros. Cuando hemos hecho mejoras, al año siguiente tenemos que rehacerlo, ya que el recinto está durante el año abandonado. Y también se deberían cuidar las plantas y el césped todo el año. Además, sería importante hacer unas barreras acústicas.

--¿Cuántos metros ocupáis del recinto y qué aforo tendrá?

-- Ocupamos todo el espacio, unas 20 hectáreas. Tiene un aforo para 25.000 personas, pero lo hemos reducido este año a 22.000. Aunque la preventa va similar al año pasado, tenemos la impresión de que vendrá un poco menos de gente, ya que en el 2018 había mucha expectación por el 25º aniversario. El público se mostraba más preocupado por no tener su entrada, ya que no querían faltar a la edición. Pero todo indica que serán cifras similares.