La Plaza Mayor de Castellón se convirtió en la tarde de ayer el paraíso de las bestias, los dragones y otras faunas de leyenda en donde el fuego y la pólvora pusieron el adimento necesario para que cientos de personas se sumergieran en el mundo del mito y la leyenda, esas que siempre acompañan a los demonios y los seres del inframundo.

Una veintena de grupos llegados desde diversos puntos de la geografía provincial y de Cataluña logró interpretar a la perfección este escenario impulsado y organizado por la compañía local Botafocs y su coro de demonios, con los que colaboran más de 300 personas durante todo este mes en las diferentes actividades programadas.

La XVII edición de la Trobada de Bèstias de Foc contó, a lo largo de las cuatro horas de celebración, con la participación de Els Dolçainers i Tabaleters del Grau; Els Gegants de l’Alcora; Els d’Onda; El Millars, en el que no faltó el Ball de la Moma y els Momos; Els Voltor, la Voltora y els Voltorets de La Bisbal de L’Empordà; els Dracs de Cornellà; els Dracs, la Víbria i el Bestiari Infantil de Castelló, de Botafocs, como anfitriones de la jornada; el Sexot de San Cugat Ses Garrigues; la Víbria del Vendrell; els Cavallets de Castelló; El Drac de Granollers; la Gralla de esta misma ciudad; y el pollo del Prat de Llobregat, entre los presentes.

La mayoría de las bestias invitadas tenían como denominador común haber sido construidas por Ramón Aumedes y el Taller de Sarancaca, que por primera vez se reunían en un único espacio como era la plaza Mayor de Castellón. Fue el homenaje al creador y constructor de unas figuras que no conocía la existencia de este tributo y que le cayó de sorpresa.

La Trobada de Bèstias cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Castellón, la Fundación Dávalos Fletcher y l’Agrupació del Bestiari, además de la plena colaboración de los Dolçainers del Grau, els gegants de Onda y l’Alcora o l’associació El Millars, entre otros grupos. H