Cada vez más castellonenses utilizan las bicicletas y los patinetes eléctricos a la hora de desplazarse. Ya sea por comodidad, facilidad de uso o por un espíritu ecologista de no querer contaminar en exceso, ver a personas utilizando un vehículo unipersonal se ha convertido en una estampa ya de lo más habitual.

Los datos en Castelló, por ejemplo, sobre el préstamo de bicis hablan por sí solos. Durante el año pasado se batieron todos los registros en Bicicas, con más de 6.600 usuarios activos, y se rozó casi el millón de alquileres (913.150), triplicando prácticamente las cifras del 2013, con unos 350.000.

Un aumento en el uso de este medio de transporte que también atestigua la Conselleria, tal como se refleja en el borrador del plan de movilidad metropolitana. El estudio advierte de un «incremento considerable» de la captación de esta opción de viajar en el entorno urbano del área metropolitana de la Plana, causada por la mejora del Bicicas, entre otros, y de los carriles bici o vías ciclopeatonales.

Benicàssim es otra localidad en la que las bicis van al alza. Así lo dice la alcaldesa, Susana Marqués, que explica que «los más de 15 kilómetros de carril bici» de los que dispone el municipio, que permiten conectar Castelló, Benicàssim y Orpesa, hacen que este verano se hayan registrado al Ayuntamiento «más avisos que nunca por robos de estos vehículos».

Carencia de normativas

Lo mismo pasa con los patinetes. Aunque no aún no existen datos estadísticos sobre su utilización a nivel provincial debido a su emergente eclosión, los ayuntamientos se han visto obligados a crear o modificar sobre la marcha ordenanzas para regular este creciente sistema de movilidad que hace apenas un lustro no existía. Almassora ha sido uno de los últimos en anunciarlo.

Fruto de este cambio a la hora de desplazarse, el conseller de Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, reitera que hay que decantarse por una movilidad sostenible: «Hay que apostar por infraestructuras que vayan más allá de las carreteras solo para coches, como pueden ser los carriles bici, o las vías verdes», explicó.

Transporte público

El uso de bicicletas y patinetes se ha acentuado más en plena pandemia, donde el pánico extendido contra el transporte público ha hecho perder aún más viajeros a este gremio, tal como denunciaban este sábado empresarios del sector del autobús. «El miedo al contagio también ha influido en la forma de movernos y ha afectado a las cuentas de firmas e instituciones por la caída de la demanda», argumenta el titular de Movilidad.