El equipo de gobierno de Castellón ha iniciado los trámites para declarar las tascas como zona gastronómica y así blindar su futuro, en un contexto que no les es propicio, con sentencias judiciales que limitan el horario de consumo de alcohol en la calle y amenazan la continuidad de estos populares negocios. Hay una firme, del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, de febrero del 2017, que prohíbe a las tascas vender alcohol en las calles Barracas e Isaac Peral desde las 22.00 hasta las 7.00 horas, a raíz de una denuncia de Castelló Sense Soroll. Y otra, de junio del 2018, también del TSJCV, que admite un recurso de Castelló Sense Soroll y elimina el artículo 26 de la ordenanza municipal que reconoce la singularidad de las tascas, prohibiendo la venta de alcohol en las calles de las tascas. Esta última sentencia ha sido valorada por los servicios jurídicos municipales y ayer el concejal de Ordenación del Territorio, Rafa Simó, anunció que la recurrirán al Tribunal Supremo.

Con frentes abiertos en los juzgados, PSPV y Compromís están buscando «un punto medio» entre las partes, para compatibilizar ocio y descanso. Así, se está avanzando en una fórmula, apoyada en la recientemente modificada ley de salud pública, que es la declaración de las tascas como zona gastronómica, que permite el consumo de alcohol en la calle y que garantizaría su continuidad. En marzo de este año se aprobó por unanimidad de los cinco grupos con representación en Les Corts (PP, PSPV, Compromís, Podem y Ciudadanos) la modificación de la ley 10/2014 de 29 de diciembre de salud pública de la Comunitat Valenciana, dando así más competencias a ayuntamientos como el de Castellón para autorizar el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, a través de ordenanzas municipales, en espacios de tradición gastronómica, como son las tascas. Un paso más para blindarlas y garantizar su futuro como zona tradicional dentro de la capital.

ACTUALIZACIÓN DE LA ZAS

Al margen, se ha aprobado la actualización del régimen de medidas de la zona acústicamente saturada (ZAS) --catalogación que pesa sobre las tascas desde el 2014--. Entre otras medidas, se pide alargar media hora, hasta las 22.30, el consumo de alcohol en las calles. Un horario que, según Simó, «podría ser satisfactorio para las partes, ya que el ruido terminaría a una hora razonable, los hosteleros no verían afectados sus negocios y los vecinos podrían continuar yendo de tascas».