El bipartito de Castellón, respaldado por su socio del Pacte del Grau, dio ayer un paso al frente para quitar la cruz del parque Ribalta, al rechazar la moción presentada por el PP (y apoyada por Ciudadanos) para que el monumento se pueda mantener en el lugar que ha estado desde que se levantó en el año 1944.

La portavoz del equipo de gobierno y edila de Cultura, Verònica Ruiz, fue la encargada de defender la retirada, insistiendo en que la cruz «es un símbolo de exaltación de la dictadura, quieran o no». «Se trata de historia y de cumplir una ley que les da mucha grima. Confunden amnistía con amnesia», dijo, recriminando después que el PP llama panfleto «a un informe elaborado por un comité de expertos». «En Castellón, aplicaremos el artículo 15 de la ley de memoria histórica. No hemos inventado este problema, esta aquí desde el año 1944. No vale la demagogia, déjennos cumplir la ley», manifestó.

Así respondió Ruiz a las intervenciones de PP y Ciudadanos, a favor de mantener el monumento en el Ribalta, en base «al acuerdo de 1979 que despojó a la cruz de vinculaciones franquistas y pasó a rendir homenaje a todas las víctimas de la violencia, sin discriminaciones ni distinciones».

La portavoz del grupo municipal popular, Begoña Carrasco, apeló directamente a la alcaldesa, pidiéndole de forma metafórica «que haga de pastora, ejerza el liderazgo, difícil teniendo en cuenta la aritmética de su gobierno, y reconsidere su postura. No haga caso de quienes practican el divide y vencerás. Creo que el problema es la cruz en sí, y la persecución religiosa es un delito de odio tipificado por el código penal», advirtió Carrasco. Una petición a la que respondió Marco: «Si me insta a hacer de pastora, que sepa que la aritmética democrática de este pleno es la que ha decidido esta ciudad».

Desde Ciudadanos, el portavoz Vicente Vidal, dijo que «no hablamos de memoria histórica, porque en la cruz del Ribalta ya se eliminaron los símbolos franquistas». Y desde Castelló en Moviment, Xavi del Senyor, apoyó a sus socios y a una retirada de la cruz que recoge el Pacte del Grau. «Por mucho que se cambien los lemas, nunca podrá honrar a las víctimas del genocidio fascista».

EL PÚBLICO

Era el tema que, a priori, más tensaba la sesión, y así fue, con un público dividido a favor y en contra de la retirada que evidenciaba su postura con aplausos tras las intervenciones de los ediles, y era reprendido por la alcaldesa, Amparo Marco, que tuvo que recurrir en varias ocasiones al reglamento del pleno para recordar que no se pueden hacer manifestaciones de aprobación o desaprobación. Uno de los asistentes, Luis Carlos Fabra -primo del popular Carlos Fabra- incluso llegó a abandonar el salón de plenos, tras levantarse y advertir, en voz alta, que «la cruz es un signo de reconciliación y de amor, no de odio como están expresando ustedes». «Cadáveres ha habido en las dos partes», espetó.

OTROS PUNTOS

En el pleno de septiembre, el Ayuntamiento de Castellón dio luz verde a la aprobación inicial de la ordenanza de vallas publicitarias (con el bipartito a favor, Cs en contra y la abstención del PP); y a la de vados (con los votos a favor de PSPV, Compromís y CSeM, en contra del PP y la abstención de Ciudadanos).

También salió adelante una moción de Ciudadanos para la rehabilitación integral del polideportivo Castalia, en la que se abstuvo CSeM y el resto votaron a favor. Precisamente, el edil de Deportes, Enric Porcar, anunció que esta obra se incluirá en las inversiones financieramente sostenibles.