Los empresarios de las tascas de Castellón intentan blindarlas a través de una modificación de la ley autonómica de salud pública que se debatirá en Les Corts y, paralelamente desde el Ayuntamiento ponen el foco en la ley del ruido, considerando también válida la acción de los hosteleros, porque todo suma para garantizar el futuro de esta singular zona de la ciudad. «El problema de las tascas no es tanto de la ley de drogodependencias como del ruido y esta creo que es la ley que se tendría que modificar para que el Ayuntamiento tenga un cierto margen de maniobra», explica el concejal de Ordenación del Territorio de Castellón, Rafa Simó.

«Dentro de las posibilidades legislativas que tenemos, estamos trabajando en un borrador de ordenanza de vía pública y de ruido, y proponemos una solución en las tascas para compaginar ocio y descanso», asegura Simó. Esta solución pasaría porque la ordenanza municipal que es la que regula en último término las tascas, «no se rija por la ley autonómica del ruido, sino por la estatal, que es menos restrictiva».

Es el escenario en el que trabajan hosteleros y políticos a la espera de una resolución del Tribunal Supremo a raíz de una denuncia de la plataforma Castelló sense Soroll que, en el peor de los casos, prohibiría la ingesta de alcohol en el exterior de las tascas. «Si la sentencia que está por venir acaba siendo lo que parece que es, la supervivencia de las tascas será muy complicada», reconoce a este diario el mismo concejal.

«La sentencia tumbaría artículos de una ordenanza municipal hecha en base a una ley autonómica. Si esta cambia, y la ordenanza se adecua a la estatal, posiblemente tendría solución», apunta Simó. Desde los departamentos técnicos «estamos consultando y estudiando a ver si hay una mínima posibilidad. Siempre dentro de la legalidad, y compatibilizando el ocio y el descanso», puntualiza el concejal.

«Nos gustaría no estar en este camino, pero estamos padeciendo las consecuencias de no intentar antes una solución conjunta», valora. «Hace un año nos reunimos con hosteleros y vecinos, y era la primera vez que se sentaban todas las partes afectadas en la misma mesa», recuerda.

INFORMES TÉCNICOS // En cuanto al equilibrio entre ocio y descanso, Simó reconoce que el papel que juega el Ayuntamiento para compatibilizarlos «es complicado». «Cuando hay reclamaciones, hacemos mediciones y si los resultados no son buenos desde el punto de vista acústico, tomamos medidas. No son decisiones fáciles, pero son las que estamos obligados a tomar en base a informes técnicos y jurídicos».