En abril, en el pleno ordinario del día 18 o en uno extraordinario. Es la previsión del equipo de gobierno para llevar a aprobación la nueva versión del Plan General de Castellón; en concreto la parte estructural que incluirá las modificaciones al documento inicial aprobado en diciembre del 2017, una vez resueltas las más de 500 --525-- alegaciones presentadas.

Será uno de los últimos temas de peso que se abordará en el ámbito municipal a las puertas de las elecciones del 26 de mayo y una forma de que el bipartito --PSPV y Compromís-- imprima su huella y siente las bases del futuro urbanístico del Castellón de los próximos 20 años, con la incógnita de qué pasará con el planeamiento más allá del 26-M si el gobierno cambia de color, puesto que, salvo sus socios del Pacte del Grau, Castelló en Moviment, que han respaldaron la propuesta inicial y que previsiblemente también hagan lo mismo con esta, el Plan General no tiene el beneplácito de los otros partidos de la corporación actual --PP y Ciudadanos--, que han mostrado otras prioridades diferentes.

La intención es aprobar el documento el próximo mes en el pleno, pero para ello falta un documento; el informe favorable de inundabilidad, también llamado estudio Patricova, en el que están trabajando Ayuntamiento, Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y Conselleria de Urbanismo desde hace varios meses y que el concejal de Ordenación del Territorio, Rafa Simó, confía en tener «ya» para elevar al pleno el PG.

A LA CONSELLERIA // Tras la aprobación de la nueva versión de la parte estructural del Plan General, se enviará el documento a la Conselleria de Ordenación del Territorio, que deberá emitir el informe ambiental y devolver el expediente al Ayuntamiento, con las pertinentes modificaciones, para someterlo a un segundo plazo de exposición pública y de alegaciones, tras el que ya se redactará el plan que se enviará de nuevo a la Conselleria, que debe ser la encargada de autorizarlo de forma definitiva.