El bipartito (PSPV y Compromís), apoyado por su socio del Pacte del Grau (Castelló en Moviment) dejó claro en el pleno del jueves que retirará la cruz del parque Ribalta en cumplimiento de la ley de memoria histórica, al rechazar la moción del PP para mantenerla en la actual ubicación. Ayer, la portavoz del equipo de gobierno, Verònica Ruiz, hiló más fino y anunció que reservarán una partida en los presupuestos del 2018 para retirarla. Además, «se hará un proyecto arbóreo que ampliará el BIC (Bien de Interés Cultural) del parque Ribalta y que tendrá que aprobar la Conselleria de Cultura».

Respecto a su futura ubicación, manifestó que «un símbolo fascista, en cualquier espacio público, seguirá siendo un símbolo fascista». «Lo lógico sería tener un museo de la paz o de los horrores, pero como no lo tenemos, no sabemos dónde la vamos a ubicar. Está por ver». Preguntada sobre si se podría colocar en el camposanto de San José, Ruiz dijo que «no hay espacio en el cementerio para esta cruz». «El monumento en su totalidad es el que es, pero si quitas la cruz se desposee de la simbología que tiene hoy por hoy, que no lo digo yo, insisto, sino técnicos expertos, y podría colocarse en un lugar católico». Un sitio católico que, reconoció la portavoz, «habría que buscarlo y tampoco sé si existe». Hoy por hoy, recalcó «no tengo respuesta» sobre dónde se situaría.

Además, reconoció: «La cruz es de hormigón y está en muy mal estado. Ya veremos cómo queda cuando entren las máquinas a trabajar para quitarla».

MÁS VESTIGIOS // Por otra parte, Ruiz aseguró que disponen de actas de reuniones del mismo comité de expertos que ha elaborado el informe sobre la cruz, en las que se advierte de otros vestigios franquistas en la ciudad. Durante el 2018, aseguró, tienen la intención de quitar los que están en ámbito público, y recomendar «cumplir la ley» en los que no están en propiedad pública.