El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castellón está elaborando un informe recopilando los tres años de la gestión personal del presidente de la Junta de Festes, Juanvi Bellido, para expedientarle, si procede, y cesarle en su cargo. El bipartito --PSPV y Compromís-- parece que no va a optar por la vía estatutaria de la asamblea extraordinaria, sino que estudia abrir expediente disciplinario por una falta grave con vistas a su cese, tras «la dejación de funciones y el trato desconsiderado e irrespetuoso mantenido hacia la concejala de Fiestas y presidenta del Patronat, Sara Usó», que está de vacaciones hasta hoy.

Según el documento, «le gritó y faltó al respeto en público, lo mismo que a otros representantes políticos y miembros de la administración municipal de forma reiterada desde su acceso al cargo --en el 2015--, que son del todo improcedentes», según el comunicado lanzado el lunes por la noche, en el que destacan la «ausencia de confianza» en Bellido.

Estos hechos, que ocurrieron el pasado martes en la entrega de premios a las gaiatas en la plaza Mayor, son la gota que ha colmado el vaso de una relación que se ha enquistado con el tiempo y que desembocó el miércoles en la petición de la dimisión a Bellido. Este niega «rotundamente» haber gritado e insultado a la concejala y dice que «no» se va «mientras no lo diga la asamblea de fiestas, que es soberana» y fue quien le eligió «por mayoría», porque «no he hecho nada malo; es mentira».

LOS ESTATUTOS LO AVALAN

Podrían aferrarse para el cese al título III de los estatutos del Patronat, ambiguos en parte de su articulado, referentes al Régimen Disciplina+rio, que dicen que «corresponderá la competencia sancionadora por las faltas que cometan los integrantes del consejo rector --Bellido es miembro con voz y sin voto-- a la junta de gobierno local; y la que cometan otros entes ligados a las fiestas --Junta--,

al consejo rector. Previa tramitación del oportuno expediente y practicadas las actuaciones pertinentes se hará una propuesta de sanción», que, por falta grave será «la suspensión temporal o la revocación automática del cargo que ostente», señala el texto.

Esta no es la primera fricción. Vienen del minuto uno de mandato. Atrás quedan la querella de una funcionaria del Patronat por «coacciones» y que le sentó en el banquillo en un caso del que fue absuelto, y en el que Usó declaró a favor de la trabajadora; o la acusación de un agujero contable, que se quedó en nada. No ha habido cierre de fiestas sin polémica.

BELLIDO SE DEFIENDE

Bellido se defiende y dice que «no» se va, que quiere «acabar» su mandato «hasta el 2019» y que aún le «quedan cosas por cumplir». «El equipo de gobierno se está moviendo, para cesarme por blanco o por negro, pero yo también porque todo es mentira, sí hablamos acaloradamente, por que vamos a dos mil, pero ni gritos ni insultos, ni dejación de funciones», dice. Y apunta a «sentarse a negociar», en un momento en el que la junta solo programa y no decide casi nada sin capacidad de gestión económica o administrativa.