El vicealcalde de Castellón, Enric Nomdedéu, destacó ayer que las conversaciones respecto a la próxima reforma fiscal que está manteniendo el bipartito con su socio de gobierno, Castelló en Moviment, llevan ahora una buena dirección, en oposición a las negociaciones del año pasado, que hicieron fracasar la propuesta presentada por PSPV y Compromís. Nomdedéu achacó este cambio a “la forma de trabajar” y a la “unión” de los tres grupos.

El portavoz de Compromís, que comparecía en el ayuntamiento para dar cuenta de los asuntos tratados en junta de gobierno, puso en valor el hecho de que “haya una sola voz” en estas conversaciones, lo que supone “un ejemplo” de la relación que deben mantener el bipartito y su socio esta legislatura.

En cuanto a los plazos para presentar la propuesta de reforma fiscal, Nomdedéu no se quiso arriesgar a lanzar una fecha, aunque señalo que “lo ideal sería que en verano estuviera cerrada para, en septiembre u octubre, empezar a trabajar en el presupuesto del año que viene”. “La fiscalidad que presentemos va a determinar los ingresos del Ayuntamiento, por lo que hemos pedido a los técnicos que evalúen las propuestas lo antes posible”, manifestó.

filosofía // Nomdedéu resumió el contenido de la nueva política fiscal en un principio: “Queremos que paguen más los que más tienen”. Asimismo, también señaló que quieren acabar con las “bonificaciones ideológicas” del PP, y puso como ejemplo las ayudas a familias numerosas, que ahora serán moduladas teniendo en cuenta aspectos como la renta.

Hay que recordar que el jueves, representantes de los tres grupos políticos se reunieron en el ayuntamiento para poner en común sus posturas respecto a una rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Así, se acordó reducir el IBI rústico y abrieron la puerta a bonificar este impuesto por motivos sociales y culturales, sobre todo en viviendas destinadas al alquiler social y a las que tengan instaladas energías renovables. H