Ser dentista en tiempos del coronavirus «no está siendo sencillo», tal y como relatan Gonzalo Blay y Francisco Monzó, responsables de la Clínica Blay+Monzó de Castelló, ubicada en el número 2 de la calle Maestro Vives. Los dos doctores explican que, al principio de la crisis, optaron por cancelar «todas las citas ante la falta de las plenas garantías de seguridad para el personal y los pacientes».

Asimismo confirman que donaron «todos los medios de protección, como mascarillas, guantes y batas, durante los primero días de la pandemia» e imprimieron «dispositivos para ayudar a otro personal sanitario». No obstante, desde Blay+Monzó confirman que sí han atendido urgencias y que sus servicios, cuando se retome la actividad, comenzarán a prestarse «con importantes novedades».

«Los pacientes notarán en nuestra clínica que ha cambiado todo. Sala de espera, citas, los profesionales le atenderán detrás de pantallas de plástico...», revelan Gonzalo Blay y Francisco Monzó. Al tiempo, recuerdan que el Consejo General de Dentistas ha elaborado un laborioso protocolo que debe cumplirse para regresar al trabajo en tiempos del covid-19. «Tenemos que actuar como si todos estuviéramos contagiados y la prudencia marcará cada movimiento», indican.

Las nuevas precauciones en tiempos de pandemia empezarán para los pacientes, incluso, antes de entrar con «un cuestionario telefónico, instrucciones precisas, puntualidad; y al llegar gel hidroalcohólico, protecciones, mascarilla, peucos de plástico, que se suman a las más estrictas medidas del personal de Blay+Monzó en higiene, desinfección, esterilización y medidas de protección».