El Consell Nacional del Bloc fijó ayer los días 21 y 22 de mayo para la celebración de su séptimo Congreso Nacional, del que saldrá un líder y unos ejes programáticos. Las fechas solo se aplazarían en caso de volver a convocarse elecciones generales.

La reunión respiró ambiente precongresual y plasmó la división interna del Bloc, que diplomáticamente dejó el debate de sus diferencias para el congreso.

Así, la propuesta de un voto por militante --en lugar de delegados-- se aplicará ya en mayo, y en esto sí hay acuerdo, pero lo que no está claro es el método. Los críticos piden voto por internet; y los oficialistas prefieren el presencial. Al final, se aprobó que si es telemático o no se decidirá en el Congreso y, valga la redundancia, opinarán solo los que asistan.

Por otro lado, los críticos insistían en pedir “división de poderes”, de manera que exista un cargo por persona; y así sea incompatible un cargo institucional con otro de partido, para acometer mejor las tareas. Una idea que, entre otros, defiende Rafael Carbonell --jefe del gabinete de la Conselleria de Economía-- quien ayer por agenda no pudo asistir y a quien algunos ven candidato.

Justo esta iniciativa podría dejar fuera de la carrera --durante el mismo congreso, en mayo-- al actual secretario general, Enric Morera, al ser también presidente de Les Corts; o a consellers (Vicent Marzà), diputados (Fran Ferri), ediles, etc., “según qué incompatibilidades se acordaran en detalle”. Con todo, se acordó por unanimidad que lo decida el Congreso, por ser “su materia” e implicar una modificación de los estatutos del partido.

Precisamente esta batalla centró la lectura ayer de una carta de los críticos, que explicaron los motivos de la dimisión de parte de la ejecutiva del Bloc hace unos meses, “por el malestar por el pacto electoral con Podemos” y por la exigencia de “más democracia, con una persona, un voto; y una persona, un cargo”.

TRIUNFALISMO COMPARTIDO // El debate de estas dos propuestas fue visto como un triunfo por ambas facciones, unos “contentos porque un nuevo modelo es bien recibido” y los otros porque “no se ha aprobado nada definitivamente; decide el Congreso”.

Para la nueva etapa, Morera, además de un balance electoral, sometió a votación cuatro ejes de acción estratégica “inmediatos” del Bloc. Y aunque la índole de las iniciativas hacía pensar en unanimidad quedó en 87 a favor, 12 abstenciones y 8 en contra. Estas líneas son configurar el grupo parlamentario de Compromís-Podemos en el Congreso y reeditar el pacto del Botánic en el Gobierno central. También revisar el modelo de financiación y el respeto a la plurinacionalidad del Estado. Para Morera, sale “un Bloc más reforzado, más fuerte y consciente” de la “enorme responsabilidad” de “rescatar personas e ir construyendo un país”. H