Marta y Benet debían casarse el próximo 18 de abril, pero cuando empezaron a ver que la crisis del coronavirus podía frustrar la ceremonia decidieron adelantarla al 19 de marzo. Conforme fue acercándose esa fecha fueron viendo que tampoco iban a poder celebrar su boda el día de San José, así que lo adelantaron al 14 de abril, siendo esta una de las últimas ceremonias nupciales que se ha celebrado en territorio nacional. Fue en la Parroquia del Carmen de Castelló y confiesan que actualmente se encuentran inmersos “en una cuarentena de miel”. Al menos, el humor es lo último que se pierde.

“En principio íbamos a ser unas 100 personas, pero como fue de los primeros días del Estado de Alarma solo pudieron venir nuestros familiares más cercanos. Después de la boda en la iglesia nos fuimos a casa, que está enfrente de la parroquia, y nos tomamos una horchata”, recuerda la joven pareja con una sonrisa.

A la pregunta de si no pensaron posponer la ceremonia ante los acontecimientos que se estaban sucediendo en el país con ocasión de la alerta sanitaria responden lo siguiente: “No quisimos aplazarlo porque hubiera supuesto darle más importancia a la fiesta que al sacramento. Somos católicos y quisimos dar la importancia que tiene a la ceremonia religiosa”.

No ocultan pese a estas palabras que tenían “reservado el hotel, fotógrafo, pinchadiscos… Una vez acabe esta situación lo celebraremos con una misa de acción de gracias vestidos de novio y después nos iremos al convite”. Sobre el viaje lamentan que en un principio se iban a desplazar a la Toscana italiana, después a Portugal y finalmente se han tenido que quedar en casa. Ya habrá tiempo para cumplir todas las aspiraciones. Mientras tanto, desde la distancia les gritamos: ¡Vivan los novios!