La presidenta del PP de la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, anunció ayer que, en caso de ser elegida como presidenta de la Generalitat, desarrollará un plan de 200 millones de euros, lo que supondría una inversión de 50 millones al año para «el impulso y la modernización de la industria valenciana». Una iniciativa que contemplará «una batería de ayudas para los proyectos que supongan una mejora de la eficiencia energética y medioambiental».

Bonig se manifestó en estos términos durante su visita a la planta de Porcelanosa de Vila-real, con motivo de la celebración de la XXVI Muestra Internacional de Arquitectura Global y Diseño Interior. Allí estuvo acompañada por el presidente de la Diputación, Javier Moliner; el vicepresidente, Vicent Sales; el diputado provincial de Hacienda, Salvador Aguilella; el candidato del PP por Vila-real, Hector Folgado; y la consejera delegada de Porcelanosa, María José Soriano.

Bonig remarcó que «la cerámica es uno de los sectores donde la energía es fundamental porque incide en costes, generación de empleo y medio ambiente».

PROPUESTA // En relación a esto, anunció que propondrá al presidente del PP, Pablo Casado, que en el impuesto de sociedades estatal haya bonificaciones del 25% a las iniciativas empresariales que invierten en cuestiones medioambientales y en eficiencia energética. «En estos cuatro años ha habido una dispersión de dinero público en agencias como la de Innovación y hace falta una centralización», añadió.

Por su parte, Moliner indicó que su presencia y la de los demás representantes de la Diputación «es una nueva muestra del apoyo del gobierno provincial al sector cerámico, no solo como un pilar clave de la economía y el empleo, sino también como una actividad de la que la provincia debe sentirse muy orgullosa».