La ecuación es sencilla. El comercio tradicional se apaga, las sucursales bancarias van desapareciendo y en su lugar emergen nuevos negocios. Inmobiliarias, academias, centros de yoga y, sobre todo, salones de juegos y casas de apuestas. En muy pocos años su presencia en las calles y plazas de Castellón se ha multiplicado y lo ha hecho entre las quejas por el acceso de menores de edad. Porque la mayoría de estos locales han elegido estratégicamente las calles en las que instalarse: viales muy concurridos y, en muchas ocasiones, a escasos metros de colegios e institutos. Y ahora están en el punto de mira. El pasado domingo miles de personas se manifestaron en Madrid contra la proliferación de este tipo de negocios y pidieron echarles de los barrios. En Castelló, el colectivo Yayoflautas también salió el martes a la calle y la asociación de vecinos del Raval Universitari ha reclamado una legislación mucho más restrictiva.

Que este tipo de negocio ha brotado como hongos es algo que demuestran las cifras que maneja la Conselleria de Hacienda, de la que depende la Subdirección General del Juego. En la provincia hay ahora mismo 41 salones de juego y casas de apuestas (datos del pasado 25 de septiembre), cinco locales más que en diciembre del año pasado. Y si se comparan estas cifras con las de hace cinco años, el resultado todavía es más espectacular: en el 2014 había 20 salas de este tipo, es decir, la mitad que ahora. Pero es que, además, hay otros 12 salones y casas de apuestas pendientes de autorización, con lo que dentro de muy pocos meses la cifra total podría llegar hasta 53.

CONTROL DE ACCESO // La proliferación de locales consagrados al azar y a las apuestas no ha dejado indiferente a asociaciones de padres, colectivos vecinales y organizaciones que luchan contra la ludopatía; y también ha obligado reaccionar al Consell. Tras aprobar una nueva regulación sobre las distancias mínimas entre los salones de juego (700 metros), ahora está pendiente la aprobación de la nueva Ley del Juego, una norma que va a obligar a los locales a ubicar un control de acceso a pie de calle (ahora existe dentro de los locales y para acceder a zonas con máquinas de más de 3.000 euros). «Se va a ejercer un control mucho más efectivo para impedir que menores y problemas de ludopatía entren a estos establecimientos», explican desde Hacienda. El Consell también está abierto a estudiar la conveniencia de fijar una distancia mínima entre este tipo de salones y los centros educativos.