El Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Millars controla desde hace unas semanas la presencia excepcional de decenas de pescadores de caña continentales y marítimos en la gola sur y en la playa de la Pola, las dos zonas ubicadas entre las poblaciones de Almassora y Burriana.

Desde la apertura de la gola sur ocurrida el pasado 22 de octubre a consecuencia del temporal de gota fría en la provincia de Castellón, la playa de la gola sur o también conocida como la Pola, registran diariamente más de una treintena de pescadores a la captura de lubinas y doradas, dos especies muy apreciadas debido a su sabrosa carne.

Las lubinas, la especie más capturada estas semanas, suelen nadar por las costas rocosas y zonas de arenales. También suelen penetrar por las aguas dulces de los ríos como es el caso de la desembocadura del río Mijares. Los pescadores concentrados estos días en la desembocadura las pescan en la superficie, a muy poca profundidad, en el lugar donde chocan las aguas dulces del río Mijares con las saladas del mar donde se crea movimiento de olas y se produce espuma, una circunstancia que gusta mucho a esta especie de pez marino.

Pescadores profesionales a pocas millas del Millars

Los pescadores de caña no son los únicos que están aprovechándose de que el río Millars baja con suficiente caudal de agua y está nuevamente conectado con el Mediterráneo. Estas semanas se están viendo ante la playa de la Pola y a unas pocas millas de la desembocadura del Mijares embarcaciones de pesca profesionales de arte menor de la modalidad de trasmallo.

Los trasmalleros aprovechan las nuevas condiciones creadas por el agua del Mijares en contacto con el Mediterráneo para establecer su zona de pesca. Esta situación natural es inmejorable para todo tipo de organismos marinos. El río Millars transporta sales minerales en suspensión que vierte en el Mediterráneo. El fitoplancton marino formado por seres vivos de origen vegetal se alimenta de las sales minerales que transporte el río y al mismo tiempo el zooplancton marino formado por seres vivos minúsculos de origen animal se alimenta de este fitoplancton.

Se trata de una cadena trófica perfecta que permite una gran biodiversidad marina. En aquellas zonas donde hay una abundancia de zooplancton se producen grandes concentraciones de peces, normalmente pequeños pelágicos como la sardina o el boquerón y otras especies que se alimentan de este zooplancton como son los crustáceos entre los que destacan las gambas, los langostinos, los cangrejos, las galeras y otros. Por lo tanto el río Millars con su caudal de agua permanente está dando riqueza al Mediterráneo, una situación que favorece significativamente al sector pesquero profesional de la provincia de Castellón, sobre todo de los puertos pesqueros más próximos al río como son Burriana y Castellón.

Las licencias en regla y la playa limpia

Cada uno de los pescadores, tanto marítimos como continentales, tienen que pescar exclusivamente con dos cañas y únicamente un promedio de 5 kilos por persona y día, el máximo que permite la legislación. La especie más capturada está siendo la lubina. La guardería del Consorcio río Millars pasa cada día para hacer el control de las licencias marítimas y continentales, controlar las tallas y la limpieza.

La mayoría de las capturas son tallas legales de entre 30 a 40 centímetros. Las tallas inferiores a 25 centímetros deben devolverlas al mar o al río. Otro de los temas que vigila prioritariamente la guardería del Consorcio río Millars es la suciedad que puedan dejar los pescadores como bolsas de plástico, cajas vacías de cebos, paquetes de tabaco, colillas, botellas de plástico ... Los pescadores están obligados a dejar la playa limpia tal y como la encuentran pero algunos de ellos aún no lo hacen. Por las playas del Millars hay distribuidas papeleras y contenedores para que los usuarios del río y de la playa depositen los desechos que han generado.