Dos de cada tres parados son mujeres en la provincia de Castellón. Un dato que mejora centrando el foco hacia el mundo de las cooperativas, donde el objetivo de la igualdad es casi una realidad. El 47% de las personas que trabajan en una cooperativa en la provincia es mujer.

Así lo corrobora Emili Villaescusa, presidente de la Confederación de Cooperativas de la Comunitat (Concoval). «Es algo coherente con la composición de la sociedad», asegura. «Probablemente, en el cooperativismo haya mayor igualdad de género que en otras fórmulas societarias», subraya. El presidente de Concoval señala, eso sí, un aspecto en el que todavía se debe mejorar. «Sin embargo, no somos una excepción en cuanto a la brecha de género en los órganos de gobierno. Nuestros consejos rectores están, sobre todo en determinadas clases de cooperativas, todavía muy masculinizados», detalla. Para Villaescusa, esta es «la gran asignatura pendiente en cuanto a materia de género», explica.

En términos similares se expresa Sebastián Pla, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana en Castellón (CEV Castellón): «Potenciar el papel de la mujer en la empresa, ocupando puestos directivos, redundaría en el beneficio global de la compañía y de la sociedad». Por este motivo, la CEV «trabajará, por medio de la negociación colectiva, para mejorar esta posición y que no se pierda por el camino el talento femenino».

MARGEN DE MEJORA // Pla admite que en materia de género queda un amplio margen de mejora en el ámbito laboral. «Somos conscientes de que el porcentaje español de paro femenino es alto, pero buscando el lado positivo, hemos conseguido reducir en casi diez puntos el máximo alcanzado en el 2013 (26,7%). No podemos contentarnos con estas cifras, pero se trata de un problema de difícil solución», comenta.

En cuanto a posibles soluciones, el presidente de CEV Castellón señala «mejorar la flexibilidad laboral y las medidas de conciliación». Pla también advierte de que «la responsabilidad es compartida y los papeles deben cambiar en el entorno familiar. El cuidado de hijos y personas dependientes sigue recayendo en la mayoría de los casos en las mujeres, lo que contribuye a alejarlas del mercado laboral». Esta visión está próxima al ámbito sindical, que pide una mayor inversión gubernamental en programas y políticas de bienestar que faciliten el cambio social.