Dotar de más recursos económicos la planificación y modernización de las infraestructuras hidráulicas, que está clara, y ser más eficientes en el uso del agua son los retos que tendrá que abordar Castellón en el futuro, si quiere seguir contando con el preciado líquido y sortear los obstáculos del cambio climático.

Así se puso de manifiesto en la mesa redonda moderada por el director del diario Mediterráneo, José Luis Valencia; con Manuel Aldeguer, director general del Agua de la Generalitat; Ignasi García, diputado del Ciclo del Agua; Fernando Navarro, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Castelló; José Claramonte, director general de Facsa; y Enrique Cabrera, catedrático de Mecánica de Fluidos de la UPV.

Para Aldeguer, «Castellón tiene el reto de tener una red robusta y mallada que garantice que nunca falte el agua en ningún pueblo para su desarrollo». Citó el déficit en Els Ports, donde para cavar un pozo hay que llegar a más de mil metros; o la sobreexplotación de acuíferos en la Vall d’Uixó. Sobre los recortes, esperó recuperar recursos en el 2020 y citó un estudio de «reutilizar agua de Castellón para caudal ecológico, desde Santa Quiteria, en Almassora, usando energía fotovoltaica, hasta el Belcaire». También citó que promueven el uso de la fotovoltaica para suministrar obras de bombeo. Propuso ganar calidad para el agua del grifo, mezclándola con desalada; aunque el cloro no se puede eliminar por sanidad.

Garcia señaló que en esta legislatura el objetivo es conectar la Pobla Tornesa y Cabanes al Consorcio del Pla de l’Arc y tener el plan director de proyectos para atajar las cubas en cinco municipios del interior. En la capital, Navarro señaló que falta depuración para la Marjaleria por la ausencia de alcantarillado; y en el casco antiguo, no existe red separativa del agua y modernizarlo sería muy costoso, aunque se trabaja en aliviaderos. Con todo, trabaja en un drenaje sostenible con pruebas piloto en las avenidas Enrique Gimeno y Ribesalbes.

Claramonte apuntó que «contar con suministro de agua en cantidad y calidad para Castellón es el reto de futuro»; y agregó que «falta un regulador» hídrico. Además, recordó que Facsa se apoya mucho en la transformación digital y la innovación, como en la lectura de contadores. Además, en economía circular, Castelló usa agua reciclada para regar parques; en agricultura se genera un fertilizante; y del gas de depuradoras, energía para autoconsumo. «Hay muchos proyectos planificados por la Administración, pero sin recursos. Hay que recuperarlos vía fondos públicos o tarifas», dijo. Acerca de las desaladoras de Orpesa y Moncofa, vio lógico integrarlas en un mix de suministro pluvial, depurada y desalinizada, para ganar más recursos. Cabrera enfatizó que una cuba es 250 veces más ineficiente que una tubería; y vio las desaladoras como «un seguro» del agua (su coste es de 0,5 €/m3).