La provincia de Castellón cuenta con muchos rincones repletos de encanto y entre ellos se encuentran parajes de mar y montaña. En verano, y con las altas temperaturas, apetece refrescarse en una de las playas del litoral provincial pero, muchas veces, acabamos yendo siempre a los mismos sitios, olvidando rincones naturales y diferentes donde darse un buen baño. Así que, ¿qué tal si te presentamos algunas de las calas más bonitas de Castellón? Por supuesto hay muchas más, estas son solo cinco de ellas:

Cala del Pebret

La playa del Pebret y la del Russo son de las pocas playas de arena que existen en el Parque Natural de la Serra d'Irta, en Peñíscola.

Tiene una longitud de 280 m y una superficie de 5.600 m2 de Arena fina. Ofrece los servicios de Papeleras, señalización, servicio de policía y de limpieza.

Calas de Ribamar

Se encuentra también en el paraje natural de la Sierra d' Irta, en el término municipal de Alcossebre. Se sitúa en uno de los escasísimos tramos de litoral mediterráneo virgen, donde el perfil tiene una gran variabilidad. Son pequeñas calas de roca muy tranquilas y de aguas transparentes.

Cala de Orpesa la Vella

Se trata de una pequeña cala, prácticamente la prolongación Sur de la Playa de la Concha de Orpesa, separada de la misma por un pequeño saliente rocoso que te confiere el encanto de cierta privacidad natural y cerrada al Sur por el cerro de Orpesa la Vella.

Tiene una longitud de 120 metros, una anchura media de 50 metros, de carácter semiurbana, con arena fina y dorada.

Cala de la Foradada

Algo más grande que las calas que se encuentran contiguas a esta, la Foradada mantiene, sin embargo, la limpieza de las aguas. Es una característica común de todas las playas de esta zona, en Vinaròs. Su nombre deriva de una roca que emerge del mar con una pequeña oquedad que la atraviesa, lo que aporta una idea de los atractivos fondos que ofrece para el buceo.

Cala La Renegà

Acogedora y tranquila por el entorno natural que la rodea, está dividida por multitud de calas de arena y rocas esculpidas a golpe de mar y viento, rodeada de una vegetación enrevesada que las convierte en un lugar prácticamente mágico.

Es el entorno ideal por sus frondosas pinadas que alcanzan casi la misma orilla. Puedes llegar en coche o accediendo desde la Vía Verde de Orpesa a través del antiguo trazado de tren.