La Confederación Hidrográfica del Júcar atribuyó este jueves la masiva muerte de peces en la desembocadura del río Seco de Castellón que se detectó el miércoles al incremento de temperatura del agua, lo que provocó, por evaporación, la disminución del oxígeno, según los primeros indicios.

Las mismas fuentes de la CHJ añadieron que la aparición de estos peces muertos en la zona de la desembocadura del río Seco al mar durante el pasado miércoles no se debe «ni a la toxicidad del agua ni a ningún incremento del nivel de contaminación; y tampoco hay vertido» de productos tóxicos en el cauce del río.

Y, para confirmar esta percepción, explicaron que los peces que han muerto «son de agua salada (doradas, lisas y cangrejos)», atrapados por la formación de «una barrera de arena» que suele producirse donde confluyen el río y el mar, en plena orilla.

Desde la Confederación comentaron además que los animales ya han sido retirados por la Brigada Municipal de Castellón. Asimismo, desde este organismo «no han prohibido pescar en ningún momento, pues no es competencia de la CHJ», y agregaron que estos episodios de muertes repentinas debidos al calor se suelen producir en esta época del año también en puntos de ríos de la provincia de Valencia.